La etimología de la frase “Ladran, Sancho, señal que cabalgamos” tiene origen en el “Quijote”, pero más allá de eso podemos tomar la significancia que se popularizó: si hablan es porque algo correcto estamos haciendo.
Como se podrá observar en el “Dossier Internacional” de la 2° quincena de septiembre (1), en la República Oriental del Uruguay vemos luchas de trabajadores y trabajadoras de distintos sectores, público, privado, servicio, logística, salud, etc. Todas tienen las mismas exigencias, mejorar nuestra calidad de vida, sea por lo salarial o mejores condiciones laborales.
Pero la burguesía no es un enemigo inerte, al contrario, es un enemigo que busca sobrevivir en un sistema putrefacto y en decadencia como el capitalismo. Es por eso que en un medio burgués como “Ámbito” en su nota (2) advierte sobre el aumento de las huelgas nacionales y por empresas en lo que va del año que, comparado al año pasado, es más del doble y seguirán en aumento en lo que resta del año.
Lo interesante es cómo la burguesía busca justificar y minimizar esta situación, con términos como “previsibles”, “año preelectoral” “apertura de la 10° Ronda de Consejos de Salarios”, etc., siempre menospreciando el grado de organización que podemos llevar adelante, presionando a los gremios y sindicatos que, si bien controlan, los hacemos actuar en nuestro favor. Y en especial intenta degradar la autoconvocatoria, elemento que suma a la descomposición y el debilitamiento de las organizaciones burocráticas.
La burguesía tiene más que presente que el aumento en las luchas en el mundo pone en vilo no sólo su necesidad de mantener constante su tasa de ganancia, sino también la gobernabilidad, la cual en los últimos años se ve cada vez más debilitada.
Debilidad que vemos no solamente en los países que aportamos recursos naturales, e industrialmente con salarios más bajos (por ende, calidad de vida disminuida) a los que llaman países en “vías de desarrollo” o “subdesarrollados”, sino también en los que concentran la mayor tecnología industrial y que necesitan imperiosamente nuestros recursos naturales, que también comienzan a ver su calidad de vida disminuida y su conflictividad en aumento.
Si nuestros lectores y lectoras son de seguir el Dossier de luchas internacionales que publicamos cada quincena (1), verán de qué hablamos.
La preocupación manifiesta –por ejemplo- de la cámara de comercio y servicios del Uruguay (CCSUy) no es otra que la preocupación de la burguesía a nivel mundial por ver como la resistencia activa de nuestra Clase comienza a poner en jaque no solo su tasa de ganancia, sino su gobernabilidad y la latente posibilidad de que esa caracterización vaya cambiando. No podemos ver como contextos distintos lo que sucede en los sectores de trabajadores y trabajadoras, y aquellos que hacen a la gobernabilidad de la burguesía y sus instituciones, a lo cual nos referimos en una nota de septiembre (3).
Ahí vemos la necesidad que los destacamentos revolucionarios avancemos y profundizcemos la inserción en nuestra clase y en especial en el sector industrial y así “elevar ese grado de conciencia y organización que nuestro pueblo va desplegando desde hace décadas”. Algo que venimos diciendo desde hace un tiempo (4) con el objetivo de que las metodologías se conviertan en instituciones, como la asamblea de las bases obreras y el pueblo oprimido y la Democracia Directa como forma de organización.
Referencias:
(1) https://prtarg.com.ar/wp-content/uploads/2023/10/Dossier-2%C2%B0-quincena-de-septiembre-2023.pdf