La ofensiva de la clase dominante se manifiesta con virulencia en todas partes del mundo.
El agravamiento de la crisis capitalista de súper producción conduce al desconcierto y a la desesperación en la burguesía, ocupada en intentar -a como dé lugar- sostener su tasa de ganancia.
Por supuesto, este movimiento se encuentra en relación dialéctica con la respuesta de la clase obrera y el pueblo, que también se muestra en diferentes puntos del planeta con una intensidad creciente, tanto en el sector industrial como en el de servicios, educación, salud, transporte.
La oligarquía financiera utiliza diferentes mecanismos para sostener su dominación en este contexto de crisis estructural del capitalismo: según el lugar y la dinámica de la lucha de clases, aplica estos mecanismos tales como la inflación para aplastar los salarios y transferir recursos a las grandes empresas, súper explotación a través de reformas laborales que buscan extraer aún más plusvalía en el proceso productivo, guerras imperialistas o de limpieza étnica como ocurre en Sudán y otros países africanos, Rusia y Ucrania, medio oriente con Israel como enclave del imperialismo en la región, todos instrumentos para destruir fuerzas productivas e intentar paliar el descenso de la cuota de ganancia, como ya señalamos.
Ahora bien, la respuesta de la clase obrera y el pueblo, que sufren a diario la explotación capitalista, también se exterioriza en diferentes lugares del globo, y hemos escrito varias notas al respecto.
Hoy queremos detenernos en la situación de las y los trabajadores de la salud en Inglaterra. País del llamado primer mundo, integrante del Reino Unido, potencia militar de la OTAN.
Los médicos residentes iniciaron el miércoles pasado una huelga que se prolongará hasta el martes próximo, siendo de ese modo la más larga en la historia del sistema de salud en Inglaterra.
Hay que señalar que los residentes representan la mitad de la fuerza laboral del NHS (Sistema Nacional de Salud). Se votó recientemente en asambleas del Sindicato de la Asociación Médica Británica realizar esta huelga (que continúa una serie de luchas durante el año 2023) y volver a los piquetes en las calles.
Se trata de unos 75.000 trabajadores/as de la salud que rechazaron un mísero aumento del 8,8%, cuando en realidad se plantea que, para recuperar el poder adquisitivo del salario desde el año 2008, el aumento debería ser al menos del 26 %.
Hay que señalar que la situación de estos trabajadores es muy difícil: la mayoría ha contraído deudas, a lo que se suma el aumento creciente del costo de vida, en especial los alquileres.
Es decir, el salario no alcanza para cubrir los gastos mensuales, por ello deben recurrir a préstamos que a su vez replican sus deudas.
El sistema de salud está abarrotado, faltan insumos, y es muy utilizado por la población que, a consecuencia de la medida de fuerza, ve afectadas sus consultas programadas y la atención general. Señalemos de paso que, durante el año pasado, en todo el Reino Unido se produjeron huelgas en el sector de la Salud (enfermería, ambulancias, médicos), además de las históricas huelgas en el ferrocarril y en aduanas. Hoy, esta huelga de las y los trabajadores de la salud, que no tiene precedentes, suma adhesiones de profesionales de Gales, que programan un paro de 72 horas, y lo mismo en Irlanda del Norte.
Nos referimos a este caso puntual, que sirve como ejemplo de que en todo el planeta se tensa la lucha de clases, en respuesta dialéctica a la ofensiva de la clase explotadora.
Se trata entonces de organizar la resistencia desde las bases, desarrollando la conciencia de que se trata de una lucha de toda la clase y en todo el mundo. Ese espíritu colectivo y de unidad nos mostrará que enfrentamos a un único enemigo global, que es la burguesía monopolista.