La semana pasada se conoció públicamente que la Administración General de Puertos, a instancias del gobierno de Milei, firmó un convenio con el Cuerpo de Ingenieros del Ejército norteamericano para trabajos en conjunto en la hidrovía del Paraná.
“Esta relación es un ejemplo perfecto de cómo nuestros países pueden conectar expertos técnicos para mejorar la gestión de nuestra infraestructura crítica”, sostuvo Marc Stanley, el embajador norteamericano en el país.
La embajada estadounidense también emitió un comunicado: “Tanto Argentina como Estados Unidos reconocen los objetivos compartidos de garantizar operaciones portuarias de vías navegables eficientes y transparentes en medio de dinámicas ambientales en evolución, incluyendo las realidades del cambio climático y la necesidad de mejorar las medidas de seguridad para combatir actividades ilícitas en las operaciones de vías navegables”.
Cabe recordar, por si hace falta, que la llamada «hidrovía» de la cuenca de los ríos Paraná y De la Plata posee un total de 3.442 kilómetros; se extiende desde Puerto Cáceres, en Brasil hasta Nueva Palmira, en Uruguay, por donde se despacha el 80% de las exportaciones agroindustriales del país.
El tramo que se concesiona posee alrededor de 1.200 kilómetros (entre el kilómetro 1.238 del río Paraná y el kilómetro 239 del canal de Punta Indio, en el Río de la Plata).
En el discurso pronunciado en el reciente evento anual de la Am Cham, la Cámara de empresas norteamericanas que operan en nuestro país, el embajador estadounidense destacó tres ejes: “1- La Argentina es un país clave para asegurar la estabilidad en la región. 2- El sector privado tiene que dejarle en claro al gobierno cuáles deben ser las políticas públicas para su desarrollo. 3- No recuerdo otros momentos donde hayamos estado tan concentrados en Argentina como en los últimos dos meses.”
La Bolsa de Comercio de Rosario, Viterra (fusión de Bunge y Glencore), Cargill y Dreyfus (originaria de Francia), expresaron su satisfacción por el acuerdo binacional. Techint es otro de los que adhiere fervorosamente por el mineral de hierro que viene de Bolivia a través de la hidrovía por donde sale también el litio de la región norte de Argentina y Bolivia. Elon Musk, Black Rock y Vanguard Group, tienen intereses en este último mineral.
Los principales accionistas de Bunge son Black Rock con un 9,18% de acciones, Vanguard Group con un 13,22% y Capital World Investors con un 13,40%. A ello hay que sumarle el 6% de acciones que posee Black Rock sobre Glencore.
No casualmente, en los cuatro bancos privados más grandes del país: Santander Río, BBVA, Galicia y Macro, Black Rock tiene acciones. Estos bancos, a la vez, son los mayores poseedores de títulos de deuda del Tesoro en pesos y de las Letras de liquidez (Leliq), Notas de liquidez (Notaliq) y pases pasivos del BCRA, que son préstamos de los bancos al BCRA de los depósitos que captan del público argentino.
Atentos a estos datos, es notable cómo el gobierno de La Libertad Avanza, al igual que sus antecesores, continúa entregando negocios al gran capital transnacional más concentrado. Cada uno, obrando a favor de los más afines en medio de la furiosa competencia intermonopolista mundial.
En este caso, la afinidad salta a la vista y, además se agrega el negocio de la droga que pasa (penetra y sale) a través del río Paraná siguiendo el curso de la hidrovía que estará controlada por el ejército de Estados Unidos. Como vemos un enclave estratégico desde lo económico y militar.
Como ha ocurrido con el peronismo que, desde el engaño del populismo, con la careta rota apareció como empobrecedor de los trabajadores y el pueblo oprimido, el gobierno de La Libertad Avanza va mostrando, a los ojos de quienes tenían esperanzas en el cambio a favor de los intereses populares, su verdadero rostro esclavizante y destructor al que podemos denominar La Esclavitud Avanza.