Ese es el plan que tiene para nosotros el capital monopolista, y que aplican los gobiernos de turno, como fieles ejecutores de las necesidades de negocios de los que de verdad mandan; no importa si lo hacen “de a poco” como el gobierno anterior o “de una” como pretende este gobierno.
Todos, más o menos “progres”, más o menos cuerdos, hacen lo que el gran capital manda para salvar sus negocios y su podrido sistema de la crisis capitalista estructural en la que está inmerso, y que sólo puede conjurarse con niveles mayores de hambre, saqueo superexplotación, y con guerras. Esto es todo lo que el capitalismo tiene para ofrecernos en esta instancia histórica.
Y, lejos de ser una excepción, la actividad hidrocarburífera es ejemplo de saqueo y superexplotación.
Sin olvidar el retroceso que desde hace años venimos sufriendo los obreros petroleros en nuestras condiciones de vida, en particular desde la adenda del 2.016, con el no pago de horas taxi, la baja de la dotación de los pozos -que sólo aumentó parcialmente con las multi-frac-, el aumento sostenido de lesiones y asesinatos laborales, la licuación de los salarios que cada vez alcanzan para menos; el Estado al servicio de los monopolios se prepara para una nueva vuelta de tuerca en el ajuste a la clase obrera.
Pero el ajuste no pasa sin disciplinamiento, el ajuste no pasa sin hacernos agachar la cabeza y someternos a la crueldad de la vida que nos ofrecen, el ajuste no pasa si no es con la renuncia a nuestras aspiraciones de una vida digna
Y es en ese sentido que se anuncian despidos en “UOCRA”[1] que, como sabemos, se refiere a trabajadores y trabajadoras del sector petrolero precarizados en dicho convenio, cuando por otra parte vienen propagandizando con bombos y platillos sus récords de ganancias.[2]
Como acertadamente diría un obrero del sector: “Realidades que no se condicen, o solo se condicen en perjuicio de los trabajadores – no hay razón económica para que hayan despidos, sólo la lógica de un Gobierno de darle a los que más tienen en desmedro de los y las trabajadoras y sus familias, justifica este nuevo saqueo económico y entrega de los recursos naturales”
Es en este marco que la Ley de Bases -que reemplaza la Ómnibus con algunos retrocesos pero, en lo fundamental, sosteniendo el ajuste sobre el pueblo trabajador en beneficio de capitales millonarios-, regula como política de estado en su artículo 100 “maximizar la renta obtenida de la explotación de los recursos y satisfacer las necesidades de hidrocarburos del país.”; es decir, el Estado actúa activamente para sostener los negocios de capitales monopolistas y eso está legislado (acá queda en evidencia que la única parte del estado que pretenden achicar es todo lo que sirve a las necesidades del pueblo, y al propio pueblo que trabaja en él).
Por otra parte, YPF plantea su plan de negocios y mayor rentabilidad; es decir, más ganancia, es decir, más explotación de la clase obrera. (La ganancia sólo puede acrecentarse en base a bajar salarios, aumentos de ritmos de producción, quita de beneficios laborales y, bajo ciertas condiciones, con las prebendas y beneficios estatales y la apuesta en la timba financiera); planteando que en el upstream (exploración y producción) “aplicarán el modelo de factoría de Toyota para incrementar la eficacia”; este modelo se basa en conceptos tales como “Justo a Tiempo”, “hoy mejor que ayer, mañana mejor que hoy”, y otros similares que, en la práctica, exigen cada día más al trabajador, aumentando la productividad y responsabilizándolo del control del proceso; demás está decirlo, para llevarlo adelante necesitan una clase obrera dócil y dispuesta a someterse; una huelga, una protesta, en ese contexto, desarma sus planes de negocios.
Este es el panorama que se nos presenta como clase trabajadora, sabemos que el sindicato funciona como oficina de RRHH de la empresa y que por ahí nada podemos buscar -de hecho, de ellos nos tenemos que cuidar-
Eso, cuando no actúan directamente en beneficio de uno u otro capital, pretendiendo usar nuestras genuinas reivindicaciones para arrearnos a dirimir disputas de negocios entre capitales, como el caso del sindicato en Chubut que salió a protestar por la baja de inversión en convencional frente al programado aumento de inversión en el shale.
No podemos esperar nada de sindicatos del sistema, funcionarios, legisladores, jueces; todos son parte y garantizan el funcionamiento de un sistema de saqueo a nuestra costa, cuya única premisa es maximizar la ganancia, aún contra nuestras vidas y contra la naturaleza en general.
La salida sólo puede estar en las manos de la clase obrera, organizada desde abajo, plantándose frente al atropello que llevan adelante capitales, gobiernos (gobierne quien gobierne) y sindicatos, organizándonos en asambleas, en unidad, desde las bases, por todas nuestras condiciones de vida.
[1] https://www.minutoneuquen.com/neuquen/2024/4/24/la-uocra-anuncio-mas-de-mil-despidos-en-la-construccion-se-pone-en-alerta-347657.html
[2] https://mase.lmneuquen.com/produccion/vaca-muerta-impulsa-un-nuevo-record-produccion-petroleo-n1108151