Ayer en diputados: ¿nuevo sistema previsional?


Algunos ejemplos de cómo el gobierno, el parlamento y la justicia llevan a jubilados y jubiladas a la degradación humana.

Mayo 2023, precio de la lechuga: $600 el kg. / mayo 2024: $3500.

Con la jubilación mínima en el año 2023 se podían comprar 123 kg de lechuga, en mayo 2024: 72 kg.

Mayo 2023, precio de la papa: $180 el kg / mayo 2024: $690 el kg

Con la jubilación mínima en el año 2023 se podían comprar 433 kg de papas, en mayo 2024: 377 kg.

Mayo 2023, precio de la naranja: $299 el kg. / mayo 2024: $ 2290 kg

Con la jubilación mínima en el año 2023 se podían comprar 246 kg de naranjas, en mayo 2024: 114 kg.

(N.de R.: Los precios de referencia fueron tomados en  la cadena de supermercados Carrefour (mayo 2023-mayo 2024) en el mismo establecimiento.)


Los medios de la burguesía se han “teñido” hoy de un amarillo furioso. Parecería ser que el sainete de ayer en el parlamento podría disimular la verdadera cara de la degradación a la que se ve sometida la población de mayor edad.

Lo de ayer fue una manifestación de la crisis política de la burguesía y un pase de facturas de los diferentes intereses monopólicos en pugna.  Nada de lo debatido resuelve el ataque furioso al poder de compra de la jubilación mínima.

¿Describir la vida miserable de las y los jubilados? Sería una subestimación a la inteligencia popular.

Ayer se resolvió seguir achatando la jubilación, y una facción de diputados utiliza la bronca en el abajo y saca una ventaja “pírrica”.

Los ejemplos señalados al inicio de la nota se pueden replicar para todo el consumo básico. Son ejemplos irritativos, dolorosos, pero es por aquí en donde el coro del poder -en todas sus vertientes- intentará seguir en el camino del verdadero ajuste de cuentas contra el pueblo.

En el poder ejecutivo, en el paramento y en la justicia se debaten los diferentes intereses en pugna. En el proceso de concentración existente se trata de imponer el control del Estado con monopolios “cuerpo presente” en cada silla institucional. Eso es lo que el poder está dirimiendo. Gobierno y oposición parlamentaria elaboran las políticas del Estado monopolista.

Nada, absolutamente nada se debatió en función de los intereses de las grandes mayorías laboriosas.

Lo de ayer en diputados fue bochornoso, más crisis políticas entre ellos, menos poder de compra de las jubilaciones y pensiones, o sea: transferencia de bolsillos ya miserables a los bolsillos de los monopolios.

Eso no se debate ni se debatirá salvo que las primeras expresiones de rebeldía de jubilados y jubiladas (que comienzan a aparecer) sean tomadas por masas de trabajadores y pueblo como parte de sus luchas políticas.

La democracia representativa, con la Constitución en la mano- o sin ella- exige ahondar el achatamiento del salario y para ello sus instituciones levantan de a dos manos a la hora de aprobar medida tras medida para obtener sus objetivos.

Pero la resistencia del pueblo les está entrando por la ventana y lo comienzan a intuir. Los negocios los tienen que realizar, pero el contexto social es una piedra en el camino. Reiteramos: lo comienzan a intuir.

De este lado de la barricada hay infinitos factores que actúan a favor de los verdaderos cambios y ésta será la dinámica que acompañará la lucha de clases. Es en ese sentido que lo de ayer en diputados hay que verlo en el marco de las dificultades del gobierno para llevar adelante su plan.

Esa resistencia que les está entrando por la ventana no fue a reclamar al congreso como fundamental recurso de lucha. Es una resistencia más amplia que se da cada día en cada lugar cuando de lo que se trata es resistir el atropello en los lugares de trabajo, en los barrios y en la vida cotidiana.

La crisis política manifiesta (como ayer) es producto de un abajo disconforme que resiste, y muchas veces lo hace como puede y con lo que tiene a mano.

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