Hoy, una gran batalla


La masividad a las puertas del Congreso expresará el golpe más duro al intento de la burguesía monopolista de aprobar la ley de bases. Será una jornada larga dentro del recinto, pero el protagonismo estará afuera.

Pero si hay algo que unifica a toda la institucionalidad burguesa sea ella política o gremial es el freno a esa masividad para que exprese su oposición cotidiana contra la Ley de bases.

Han militado para frenar, aunque sus llamados a “participar” demuestran su eterna hipocresía.

En la gran industria se trabaja y es esa dirigencia gremial que se ha puesto al frente para garantizar la producción que exige la gran empresa. Se repite el mecanismo del doble discurso en donde está radicada la verdadera bronca que viene de abajo. Es un panorama que se repite en casi todos los lados.

La institucionalidad ha entendido que las grandes movilizaciones del 24 de enero, 24 de febrero y 23 de abril han condicionado y erosionado la gobernabilidad no solo de la actual administración sino de todo el andamiaje del Estado monopolista.

Hoy se han cuidado de ese protagonismo popular, de su marcada tendencia hacia la autoconvocatoria que los vapuleó y los ninguneó en esas jornadas para intentar frenar de la forma que sea la masividad en esta gran batalla. Por arriba han decidido limitar el combate y que el mismo se decida por arriba.

Los revolucionarios abrazamos la idea de la masividad en el Congreso, a sabiendas que es la forma fundamental de derrotar el plan de gobierno. Hemos trabajado políticamente y prácticamente para ello, pero sabemos que las fuerzas en esta dirección aún son débiles para enfrentar a un arco que pretende dar batalla solo en el seno del recinto.

No es poco lo que nuestra clase obrera y nuestro pueblo están resistiendo en cada lugar concreto, la debilidad política de la burguesía manifiesta esa lucha de clases cada vez más viva y que seguramente presentará batalla en esta jornada.

Desde éstas filas revolucionarias alentamos a la presencia masiva de todo el pueblo, a que se salten todas las vallas de freno a la bronca que está acumulada y aseste un golpe durísimo contra la ley de bases.

Sabemos que ellos avanzan con o sin ley, la ola de despidos, de arrogancia que les da el poder vienen dañando la vida de las grandes mayorías, pero desde nuestra idea lograr derrotar la ley será un duro golpe a todas sus pretensiones y agudizará su crisis política.

Es una gran batalla, es cierto, pero no es la madre de todas las batallas, a la Ley se la derrota en la masividad de hoy, en cada resistencia, en cada paso adelante que se da en organización independiente de las instituciones políticas y gremiales que sirvan para golpearlos en sus propias madrigueras, esa masividad que se extienda será la garantía de una acumulación de fuerzas materiales y prácticas para seguir sumando fuerzas para la madre de todas las batallas. Ese es el terreno que debemos fomentar para dar solidez mayor a una resistencia que no dejará de crecer.

 

 

 

 

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