19 de Julio es Santucho


Si cualquiera de nuestras lectoras o lectores visita nuestra página web encontrará decenas y decenas de artículos que hacen referencia a nuestro Secretario General Histórico Mario Roberto Santucho. Y en particular en la fecha de su caída en combate, aquel 19 de julio en el departamento de Villa Martelli, junto a Domingo Mena Benito Urteaga (miembros de la dirección partidaria) y las compañeras Liliana Defino Ana Maria Lanzilotto de Mena, importantes cuadros de la organización. Todo esto a poco de haberse iniciado la dictadura genocida del 24 marzo de 1976.

¿Qué más podemos decir de Mario Roberto Santucho? Es una pregunta que nos hacemos cada año cuando nos acercamos a esta fecha, tan sentida no sólo para las y los militantes del PRT sino para todo el campo revolucionario, no sólo de nuestro país sino del mundo.

Sin embargo cuando (a pesar de las dificultades y los sinsabores que tiene la lucha de clases) vemos cómo las injusticias que dieron origen a aquella lucha siguen existiendo -e inclusive han empeorado- la vida nos encuentra “empecinados” en continuar su legado.

Y lo hacemos construyendo la herramienta revolucionaria “junto a la máquina” (como nos gusta decir), en las fábricas y en los centros industriales, pero también en las escuelas y universidades, en los barrios, allí en donde la rebeldía que aquellos revolucionarios y revolucionarias supieron canalizar y organizar décadas atrás, se hace presente.

Nadie se animaría a no destacar sus cualidades personales, su entrega revolucionaria, su claridad política o sus convicciones ideológicas, que miles supieron ver en él. O sus aportes teóricos sobre la conquista del poder, o la cuestión del poder local y del poder dual, que tanto nos aportan hoy. Por eso decimos que mucho es lo que se ha escrito. Y no sólo quienes nos reconocemos en su historia sino también aquellos que buscan denostarlo, o transformarlo en un bronce inalcanzable.

Pero hablar de Santucho y no hablar del PRT que supo fundar, es esconder las virtudes que lo convirtieron en ese faro revolucionario que es.

“La fusión del individuo con la organización colectiva es lo que hace que los hombres puedan convertirse en dirigentes capaces de sobrevivir a su muerte. En este caso, el hombre con el partido de la clase obrera determinado a la lucha por la conquista del poder. Por eso, desvincular a Santucho del PRT., no es un acto casual. Es, más bien, un acto político con intenciones de dar vuelta las cosas al mejor estilo burgués”.

Estas palabras –escritas hace varios años atrás- nos muestran la verdadera coherencia de la ideología de la clase obrera entre el pensamiento, la palabra y la acción.

Mientras tanto, la incoherencia de la ideología burguesa es ocultada o disimulada permanentemente, y no hay ningún interés que la verdad se conozca, todo es falso y mentiroso. Hoy lo vivimos más que nunca.

No es magia. En la clase obrera y los sectores del pueblo oprimido está la “cantera” de hombres y mujeres que -como el Robi y demás revolucionarios y revolucionarias- fueron capaces de pensar, decir y hacer en un solo sentido: de avance, revolucionario, el único capaz de recuperar nuestra dignidad como clase y como pueblo.

Por eso la única posibilidad de fundir las capacidades individuales con las organizaciones colectivas nacidas con un proyecto político que reivindique al ser humano, es la que existe en la clase obrera y demás sectores del pueblo oprimido, cuando asumen los intereses históricos de la revolución.

La necesidad de la incorporación y participación efectiva de obreras y obreros a la construcción de sus propias herramientas políticas es una necesidad del presente para la construcción de la alternativa revolucionaria en la Argentina; y del futuro, para que sea efectivamente la propia clase de vanguardia la que encabece la construcción de la sociedad socialista, en el camino hacia una sociedad sin clases sociales.

Este sigue siendo el desafío que tenemos enfrente y que afrontamos desde el PRT hoy

Y es la mejor forma de recordar y traer a este presente el legado de Mario Roberto Santucho.

 

Compartí este artículo