Días pasados, hicimos correr por mensaje una nota de nuestra página nacional (click acá), y les pedíamos a los/as receptores/as de ese mensaje que nos hicieran una devolución y nos dieran un punto de vista. La nota de la página hace pie en el estado de ánimo actual de las masas.
Entre los saludos a la nota, pequeñas opiniones y emoticones, recibimos esta devolución y opinión de un obrero simpatizante organizado del Partido que escribe, como solemos decir, al pie de la máquina.
Nos parece importante reflejar este escrito que vienen del seno de la clase obrera (la clase de vanguardia. La clase enemiga, por excelencia, de la burguesía).
En el puño y letra de un obrero esta parte de la reflexión y opinión de nuestra clase obrera.
«Son momentos en que el ejercicio de la solidaridad de clase resulta crucial, teniendo en cuenta lo desarrollado en la editorial, producto del análisis de las mayorías y del estado de ánimo de las mismas. El hartazgo por las condiciones en la que se vive, mejor dicho en las que se sobrevive, no saca a relucir todo su hedor todavía porque aún una pata logra apuntalar este gobierno, y no es cualquier pata, es la esperanza de que los esfuerzos realmente puedan cuajar en mejoras. De algo hay certidumbre en el conjunto y es que ¡con el peronismo reciclado no!
La estructura, el marco ‘legal’ para accionar con sus planes están fijado.
¿Pero que detiene a la burguesía para acelerar aún más en sus acciones concretas? El seno de la misma burguesía.
Podría decir que las notorias cornadas entre las facciones son evidentes, que pretenden aprovechar lo redituable del pueblo aturdido y esperanzado (ahí se cocina el negocio) para ir de manera más cruenta sin desacelerar. Y otras facciones dónde pretenden avanzar también pero sin generar posibles desbordes. El terreno es fértil para la burguesía, la carrera para hacerse con las ganancias es lo que tienen por delante, y lo saben. Ahora la cuestión pasa por quién pisa más fuerte, ese terreno allanado con los acercamientos carnales de la CGT, La Ley de Bases.
Mientras la lucha de la clase pase por la línea economicista, la burguesía se seguirá valiendo de instrumentos ya conocidos para enfriar el conflicto (conciliación obligatoria). De hecho desactivó un inminente paro de la industria lechera por esa vía, ganando tiempo. La burguesía está entrampada en sus internas y los trabajadores no hemos podido generar el terreno propicio para movernos. Creo, debemos aprender a acechar (y a acercar) mediante todos los métodos y herramientas posibles, y hacer conocer nuestras ideas de transformar está sociedad».