Las y los trabajadores de Aerolíneas Argentinas son quienes día a día ponen la empresa en funcionamiento.
Logran que los pasajeros y la carga se trasladen cotidianamente de manera segura y planificada. Cuando hablamos de pasajeros no hablamos sólo de aquellos que viajan como turistas sino de muchos otros también trabajadores de todo el país que necesitan trasladarse por trabajo, por tratamientos médicos específicos, madres con niños con patologías complejas y un sinfín de situaciones que no se relacionan con la recreación.
Por otro lado se encuentra el traslado de carga, que incluye medicamentos urgentes, documentación importante, órganos para trasplantes, mercancías especiales, etc.
Las y los trabajadores aeronáuticos son en definitiva quienes hacen posible todo este despliegue y movimiento pero se encuentran desde hace mucho tiempo (y agudizándose aún más hoy) en una preocupante situación en lo que va del año en curso.
Empecemos hablando de los salarios que se ven aniquilados afectando el poder adquisitivo. Hay compañeros y compañeras que cobran $500.000 mensuales desarrollando su actividad en el call center de la compañía, un trabajo altamente conocido como de los más insalubres. No sólo el poder adquisitivo se ve afectado sino también las condiciones laborales, que si bien se ven afectadas desde hace décadas, podemos decir abiertamente que tanto la ley aeronáutica como los convenios colectivos de trabajo prácticamente han desaparecido.
Ni el gobierno de turno, ni la empresa ni los gremios han resuelto el verdadero problema que nos aqueja y los atormenta día a día. Reciben aprietes de todos lados y quedan en el medio de una puja de intereses y poder de la cual se ven perjudicados y siguen siendo sometidos y expuestos.
Quieren utilizarlos para confundir a la opinión pública y seguir adelante con los verdaderos negocios que existen detrás de las políticas tanto privatizadoras como estatizadoras.
«Somos quienes ponemos la cara y el cuerpo ante los pasajeros; por eso, aunque los medios de desinformación nos quieren aniquilar, la realidad arriba de los aviones nos cuenta otra historia. Los pasajeros son agradecidos y en su mayoría amables, comprenden lo que pasa porque en sus casas también viven como trabajadores situaciones semejantes. Y sobre todo porque la gran mayoría ya vivió el desabastecimiento de rutas provocada por malas administraciones anteriores, con la consecuente desconexión que eso nos generó a todos los argentinos», nos dice una trabajadora.
La realidad del día día es lo que los hace tomar conciencia y no dejarse correr en lo que los medios de comunicación quieren dibujar. Sus derechos como trabajadores y trabajadoras se han conseguido en luchas históricas, no tienen “beneficios” sino “derechos”. Con la lucha autoconvocada y con resistencia lograron y lograrán frenar el plan de gobierno.