Los trabajadores y el pueblo oprimido estamos viviendo un momento de inflexión.
Por un lado la burguesía monopolista, lo más concentrado del capital, batiendo récords de ganancias como nunca las han tenido.
Por el otro lado, el pueblo laborioso y sectores populares atravesando una situación cada vez peor en lo económico y todo lo que deriva de ello. Pero no solo en lo económico es el golpe. El gobierno y la oposición, los sindicatos y aparato represivo son los que garantizan que esta situación se profundice cada día. Cada ley que intentan imponer significa más asfixia al bolsillo, más perdida de derechos, principalmente laborales, etc.
Se puede decir que estamos en un momento de inflexión porque todavía, en general, se está procesando el golpe de la burguesía. Eso no quiere decir que no haya resistencia. Eso nunca dejó de existir ni mucho menos. Pero de lo que se trata es de comprender como se derrota el plan del gobierno de los monopolios. Y para ello hay algunas experiencias de resistencia que nos ayudan en este proceso.
Hay luchas por todos lados, pero el campo popular todavía no ha logrado unir como un solo puño estás luchas en un proyecto político, en un poder dispuesto a vencer a una burguesía que está dispuesta a ir por todo.
Deberemos comprender en el camino de las experiencias en donde dar la batalla. En qué terreno. Si en el de ellos, o en el nuestro.
Si lo hacemos en el de ellos, de forma espontánea, donde nos esperan con sus aparatos, drones, etc. O en el nuestro, que son los parques y cordones industriales, que es el lugar más donde debemos reconocernos como clase, donde podemos darles el golpe certero para hacerlos retroceder, donde no importan los gremios, sectores en los cuales trabajamos sino la organización de los trabajadores, vecinos y estudiantes del lugar uniendo conscientemente las fuerzas en nuestro terreno. Ésta nueva experiencia que en realidad no es nueva, pero si para la actual etapa de la lucha de clases, requiere que la vanguardia que hoy está resistiendo sintonice y asimile que es por ahí por donde está la salida política. Ir a la búsqueda de esa unidad, avanzar en la organización de base y profundizar aún más en la práctica de las asambleas y democracia directa sin falsos representantes. No es tarea fácil romper ciertos moldes los cuales la burguesía los tiene bien estudiados. Justamente ahí está el desafío en este momento de inflexión.