Parados en la rebelión universitaria, construir embriones de unidad de los núcleos que se están forjando en la resistencia    


Estas últimas semanas han sido testigo de una verdadera rebelión universitaria, donde trabajadores y trabajadoras de las universidades (docentes y no docentes) encendieron el reclamo, y miles de estudiantes a lo largo del país se sumaron con clases públicas, movilizaciones, ocupaciones y permanencias de los centros de estudios, etc. Esta rebelión universitaria tiene su antecedente en la movilización del 23 de abril pasado, donde un millón de personas se movilizó en toda la Argentina.

Esta vez, si bien la movilización contra el veto al financiamiento universitario (el 2/10) fue masiva, se notó (y mucho) que, los sindicatos y las distintas organizaciones políticas y sociales defensoras de la gobernabilidad, no estaban dispuestas a profundizar la resistencia y el enfrentamiento al gobierno.

Claramente hay un arco de “opositores” que su único objetivo es garantizar la gobernabilidad y preservar la institucionalidad. Por eso ese día organizaron un acto y desmovilizaron rápidamente, o sea como dice ese dicho popular “le sacaron el culo a la jeringa”.

Pero apareció y emergió, empujando desde abajo, esa resistencia que se va forjando en infinidad de acciones. En este caso miles de jóvenes estudiantes y trabajadores/as que comienzan a plantearse, desde decenas y decenas de universidades, que la resistencia activa es el camino para golpear los planes del gobierno.

Al igual que la lucha de los/as jubilados/as o la de los/as trabajadores/as de la salud, la del movimiento universitario va abriéndose simpatía y apoyo en amplios sectores del pueblo.

Es el momento de seguir fogueando la resistencia en forma independiente, extendiéndola para a la vez ir construyendo, bien desde abajo, lazos de unidad.

Esos cientos de hombres y mujeres (obreros/as, trabajadores/as, jubilados/as, estudiantes) que van organizando e impulsando acciones de todo tipo, deben saber que hay cientos que están haciendo lo mismo.

Que esas acciones deben traducirse en niveles de organización de carácter independiente, donde la autoconvocatoria y el estado deliberativo y asambleario deben fortalecerse. Desde esas expresiones genuinas de las masas, y no desde organizaciones burocráticas, formales, pseudo democráticas y verticalistas, es desde donde podremos parar una alternativa revolucionaria de masas, obrera y popular. Alternativa tan necesaria en este momento de la lucha de clases.

Para ello hoy tenemos una tarea que es dar pasos concretos desde la acción y solidaridad.

Desde el PRT planteamos que donde se estén desarrollando experiencias organizativas de carácter independiente (agrupaciones de base, organizaciones barriales, grupos de obreros, asambleas de trabajadores, autoconvocatorias, etc) hay que ir a las universidades al encuentro de esos miles de estudiantes y trabajadores/as universitarios/as para expresar la solidaridad concreta (que se sienta el apoyo de la clase obrera y el pueblo) y a la vez plantear la necesaria unidad obrera, popular y estudiantil, que debe surgir desde las bases, y no de los “aparatos” sindicales y partidarios.

Y desde las asambleas y autoconvocatorias de estudiantes universitarios/as es imprescindible salir a difundir en los barrios, lugares de trabajo y fábricas que rodean la universidad por qué se lucha. Es una forma concreta de invitar al pueblo a ser parte de esta lucha, y también es una forma concreta de construir ese apoyo y unidad para derrotar los planes del gobierno, para derrotar los planes de la burguesía.

El destino de la lucha del movimiento estudiantil universitario está atado al destino de la clase obrera, al destino del conjunto del proletariado. Por ello es trascendental dar estos pasos concretos de unidad.

Así se irá fogueando, también, esa tarea pendiente de la unidad de esos núcleos de la resistencia.

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