La situación en FATE no está por fuera de lo que se está viviendo, no solo a nivel país, sino en todo el planeta.
Los grandes monopolios, lo más concentrado de la burguesía, emprenden guerras de todo tipo en pos del negocio y a costa de que el ser humano se sumerja cada vez más en la miseria.
Todo esto que estamos viviendo, saqueos a pueblos enteros en África, bombardeos en zonas donde mueren familias enteras en la Franja de Gaza, absolutamente todo se encuadra en la miserable ambición de la burguesía, ni más ni menos que una guerra de clases.
¿Cómo se expresa esto dentro de la fábrica? A raíz de las exigencias que imponen los mercados, los monopolios necesitan en todos los rincones del mundo aumentar la productividad, que no es otra cosa que aumentar la explotación del obrero. Y para eso están tomando iniciativas no solo en FATE sino en cientos de establecimientos fabriles y no fabriles, tomando una decisión como clase.
Para eso han puesto a su servicio a toda la máquina institucional (la Justicia, el Parlamento, las fuerzas represivas, etc.) y entre ellas a los sindicatos, quienes, dentro de los establecimientos, en general, son los que salvaguardan los intereses de las empresas. En nombre de la representatividad están llevando adelante la política del miedo, de la supuesta “negociación”, sin que los obreros y laburantes seamos quienes realmente decidamos sobre nuestro futuro.
Este viernes 15 de noviembre el sindicato del neumático, con la Lista Negra a la cabeza, quiere hacer una supuesta asamblea para intentar implementar un cambio en el sistema de trabajo al que el conjunto de los obreros le dio un NO rotundo.
Militaron todos estos días, acompañados por la misma empresa, para extorsionar, para que se siga replicando en nombre del “clasismo” toda la política de flexibilización que tanto Madanes y toda la burguesía necesita. Después de no haber nunca involucrado a las mayorías trabajadoras como protagonistas de cualquier reclamo, se han llenado la boca en nombre de “los trabajadores” cuando jamás, desde que son conducción, impulsaron la verdadera democracia directa, la democracia obrera.
Ahora después de haber negociado entre cuatro paredes implementan el terror como cualquier burocracia sindical a las órdenes de la empresa. Pero no solo eso: militan el miedo amenazando con suspensiones, persiguen a laburantes, no se da lugar a una verdadera participación y protagonismo de las mayorías. Lo que quieren – en concreto- es entregar el Convenio.
Por eso, así como la burguesía actúa como clase y golpea en función de su necesidad de más explotación, es de suma necesidad que como obreros asumamos una postura también de clase.
El reclamo justo que circula por todos los rincones de la fábrica no solo es por un sistema de trabajo o por una mejor condición de vida para los obreros de Fate, es un golpe a la burguesía toda. Y para eso es fundamental no solo la masividad sino la organización independiente, donde todos los obreros seamos parte y arte.
Que cada sector debata a fondo estos temas de manera abierta, que cada sector vaya con una propuesta concreta a la asamblea para que la misma deje de ser informativa para que sea resolutiva.
Profundizar el estado deliberativo permanente, llevar a la práctica la democracia directa, apostar a la masividad, es el camino para ir dando pasos concretos que vayan plasmando los intereses históricos de la clase obrera.
Eso es lo que ya vienen haciendo los trabajadores de Fate, en el marco de resistencia de todo el pueblo.