Ayer escuchamos un aburrido y -a la vez- aventurero discurso del “señor” presidente.
Nos quedamos con la frase que titula esta nota, porque refleja la profundidad de una gran mentira.
El resto del 2024 y el 2025 es y será lucha de clases.
Según un reciente ranking, entre los principales dueños del Estado están:
Marcos Galperin (MercadoLibre, sector tecnológico); Hugo Sigman y familia (Insud Pharma, farmacéutica); Alejandro Bulgheroni (PAE, sector energético); Luis Pérez Companc (Grupo Perez Companc, agro y energía); Paolo Rocca (Techint, ingeniería y minería); Eduardo Eurnekian (Corporación América, aeropuertos y energía); Roberto Urquía (Aceitera General Deheza, agroindustria); Marcelo Mindlin (Pampa Energía, energía), Francisco De Narváez.
Los 50 más ricos acumulan US$ 78.000 millones, 12,1% del PBI de 2023, casi dos deudas con el FMI, un 68% más que en 2020, (último año que se hizo el ranking).
Los tres más poderosos dueños del Estado son:
1) Marcos Galperin, fundador de Mercado Libre, con un patrimonio de US$ 8.500 millones, un 102% más que en 2020.
2) La familia de Hugo Sigman, Silvia Gold y sus hijos, dueños del gigante de la industria farmacéutica Insud Pharma, con una riqueza de US$ 6.300 millones, 215% más que en 2020.
3) Alejandro Bulgheroni, cuya familia es dueña del 25% de Pan American Energy (PAE), la petrolera más grande del país después de YPF, con US$ 5.100 millones.
Le sigue en la lista el holding familiar agrícola y ahora energético Perez Companc, con Luis a la cabeza, y una fortuna calculada en US$ 4.200 millones, 55,5% más que en 2020.
Paolo Rocca, heredero de Agostino y cabeza del Grupo Techint, que opera en la producción de acero, proyectos de ingeniería, minería, petróleo y gas, con un patrimonio de US$ 4.100 millones.
El resto del pelotón está encabezado por Eduardo Eurnekian (US$ 3.500 millones), en el negocio de los aeropuertos, pero ahora expandiéndose a petróleo y gas con CGC, entre otros.
La familia Rey Rodríguez de Pluspetrol (US$ 3.100 millones), los Roemmers (US$ 2.400 millones) y otro clásico: Roberto Urquía, de Aceitera General Deheza (US$ 1.800 millones). Los Bagó, de la industria farmacéutica; Pagani, de Grupo Arcor; Carlos Blaquier, del grupo Ledesma; Francisco de Narváez y Alfredo Coto.
Es aquí en donde el Estado juega el papel fundamental para fortalecer a estos grupos.
Aquí todas las instituciones están teñidas y preñadas del verdadero poder.
El Estado monopolista se ¡agrandó! Los personajes del Estado fueron, son y serán parte del Estado. Pujan por un puesto en el mismo para desde allí ser favorecidos con los recursos que la clase obrera y el pueblo generan de riqueza. Tienen beneficios impositivos para desarrollarse. Cuentan con el régimen de promoción de la economía del conocimiento. Quitas al impuesto de ganancias y contribuciones sociales. Prebendas del Estado como en Vaca Muerta, aplicando el RIGI. Entre tantas otras dádivas de SU Estado.
El Estado le pertenece a la clase dominante y de lo que se trata no es de achicarlo. De lo que se trata es de cómo el Estado aceita todas las instituciones para favorecer el saqueo a nuestra clase obrera y a todo nuestro pueblo.
En un año de gobierno, el papel del Estado se ha profundizado y ha favorecido al surgimiento de algunas decenas de nuevos milmillonarios. El Estado burgués, monopolista ha crecido en impunidad contra las mayorías explotadas y oprimidas.
Despertar cualquier expectativa en un Estado de la clase dominante es la táctica fundamental del poder. Se alternan gobierno tras gobierno, pero el Estado monopolista se agranda en intervención y la pobreza y la miseria de nuestro pueblo crece al ritmo de los negocios del poder de los monopolios en el Estado.
Las aspiraciones democráticas y políticas del pueblo trabajador deberán ir desembocando en la lucha por la construcción de un nuevo Estado de clase, para crear una expectativa real de progreso humano.
* (Los datos publicados para el «ranking» los elabora la Revista Forbes).