Gobierno, empresarios, políticos y economistas afirman que hay que poner en práctica la actualización de las leyes laborales ya que las mismas son muy viejas. Dicen que «hay que modernizarlas y adaptarlas al desarrollo de una nueva realidad…”
Aunque la mayoría de los trabajadores sabe o intuye que estas iniciativas no van a beneficiarlos vamos a analizar algunos de los puntos centrales que argumentan estos señores.
Sus argumentos:
- Flexibilizando las relaciones laborales dicen que va a haber más trabajo porque se va a tomar mano de obra que hoy no se quiere emplear por los elevados costos que significa tener trabajadores que ganan “salarios altos” con convenios que son rígidos lo cual no le permite al patrón cesar la relación laboral (despedir) cuando la producción merma, pues al hacerlo le sale muy cara la indemnización.
- Se lamentan de que el trabajador que se accidenta o se incapacita hace juicio y, además, el patrón no puede echarlo, aunque no rinda como cuando estaba sano. ¡Ah, la industria del juicio!
- Afirman que es urgente y necesario modificar la ley de jubilaciones ya que la cantidad de aportantes a las cajas (trabajadores en actividad) no es suficiente para sostener el número creciente de jubilaciones y pensiones. Dicen que por cada trabajador hay cuatro jubilados a sostener.
A cambio, afirman que, si se realizan estos cambios, nos vamos a favorecer empresarios y trabajadores, y por supuesto, toda la sociedad.
Habiendo contrataciones que puedan terminarse cuando el empresario lo decida, se eliminaría la ociosidad del personal sobrante en periodos en que merma la producción. Cuando ésta repunta se toma personal nuevamente para continuar con el circuito virtuoso del capital y el trabajo. Así podrían pagarse mejores salarios ya que el mecanismo abarataría el costo laboral.
Los patrones no van a ser chantajeados por los trabajadores ineficientes que encubren su pereza con enfermedades laborales o utilizan sus incapacidades producidas por accidentes, para hacer juicios como si fuera un deporte. Se eliminaría el absurdo de esgrimir cuestiones de seguridad y la exigencia de exageradas normas de protección Con ello, el costo laboral se reduciría y, en consecuencia, se incorporaría más mano de obra combatiendo así a la desocupación.
Elevar la edad jubilatoria va a generar mayores fondos en las cajas y, habiendo más postergación en la edad jubilatoria con la consecuente prolongación de los aportes, se podrá satisfacer mejor el ingreso de haberes para los que se jubilen.
Sabiendo que el proyecto de leyes laborales es más amplio y complejo, hemos tomado nada más que estos tres puntos enumerados para desgranarlos siguiendo el mismo orden y conocer metódicamente las verdades en las que se fundan estas iniciativas avaladas por la CGT y toda la maquinaria sindical entreguista.
- Un capitalista que vende su producción y recibe mayor demanda toma personal para satisfacerla o hace trabajar más cantidad de horas al mismo número de obreros y proletarios en general. Todos sabemos que elige siempre la segunda alternativa, o sea la súper explotación. Esto y bajar los salarios es lo mismo. Además, se profundizaría y ampliaría la competencia entre obreros agudizándose más que la hoy existente entre los de planta, tercerizados y contratados.
Los productos (dependiendo de cuáles sean) los compran los trabajadores para consumo, o bien otros capitalistas que los usan como bienes de producción (máquinas, herramientas, insumos, partes o materias primas), de otras mercancías que producen, las que, mayoritaria y finalmente, terminarán adquiriendo los trabajadores. Pero si los trabajadores no tienen trabajo o, debido a la súper explotación, perciben bajos salarios, el intercambio se traba y la producción con él.
- La total indefensión judicial de los trabajadores es el objetivo de este punto por parte de los empresarios. Así se podrá abusar de las jornadas extensas, profundizando el riesgo de accidentes y enfermedades laborales, sin la posibilidad de hacer juicio para resarcirse económicamente (aunque sea) ante una incapacidad parcial, eventual, permanente o total. Ante la muerte, su familia o deudos quedan totalmente inermes. Comparemos esto a un empresario al que el Estado no le cumple un contrato. Inmediatamente le hace un juicio cuyo costo termina pagando la sociedad en sumas multimillonarias. ¡Ah la industria del juicio!
- Al elevar la edad jubilatoria, la mano de obra envejece y cubre más cantidad de puestos de trabajo impidiendo el ingreso de jóvenes. El problema no es el número de jubilados sostenidos por cada trabajador, sino los aportes que los magros salarios no alcanzan a cubrir el monto necesario para satisfacer los haberes de los jubilados y pensionados. Porque el tema son los fondos que se recaudan. Pensemos que cuatro trabajadores que aportan, con un salario miserable, $10 pesos cada uno, no resuelven la necesidad de un jubilado que requiere de $50 para vivir. En cambio, si un solo trabajador con un mejor salario aporta $50, puede sostener a dicho jubilado. Pero lo más grave de la falta de fondos es que la burguesía como clase, dispone de los mismos a través del saqueo que los gobiernos de turno hacen de las cajas de jubilaciones y pensiones y eso no se resuelve más que eliminando el saqueo.
Además, si confrontamos los puntos 1, 2 y 3 veremos que entre sí son contradictorios por todo lo expuesto.
El único motivo perseguido por empresarios que se valen de los gobiernos para la sanción de las leyes y de las fuerzas de seguridad apuntaladas por el aparato judicial pro patronal para el cumplimiento de las mismas, es la baja de salarios para la obtención de ganancias mayores, aunque por lo dicho en el primer punto, la solución que proponen no es más que un salvavidas de plomo para el propio sistema ya que todas las contradicciones que pretenden resolver, se profundizan irremediablemente, lo cual incide en las vidas de obreros y pueblo oprimido… y en esta nota sólo hemos expuesto la mecánica propia del sistema. No hemos hablado ni mencionado lo que esto produce en el enfrentamiento de estas clases antagónicas…
Pero eso es motivo de otra nota.