Una tortura que carcome al ser humano

El Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas (Ietse)registró que 9 de cada 10 hogares se encuentra endeudado. El 56% de las familias destina la mitad de sus ingresos mensuales al pago de deudas. Los argentinos están endeudados con la tarjeta, servicios privados o créditos. Siete de cada 10 endeudados tienen dos o tres deudas. Además de la angustia por la deuda, está la tortura que se ejerce contra los deudores.

Levantarse todos los días y sentir ese dolor en el pecho no es justo. Se trabaja cada vez más, nos piden “productividad”, los ritmos y las condiciones de trabajo empeoran cada día. No hay aumentos de sueldos que recuperen la capacidad de compra perdida, no existen paritarias, hay despido, hay chantaje, alquileres indexados, el costo de alimentos no se detiene y la presión social que comprende el TODO, se transforma en una tortura en vida.
Los métodos utilizados por las corporaciones privadas y “públicas” implican mecanismos perversos. Con la Constitución en la mano aplican el terror del Estado con sendos ejércitos de cobradores a la caza del trabajador acosado por la vida.

No es solamente levantarse cada mañana con sufrimiento estructural, es pasar noches en vela, no conciliar el sueño y saber que la próxima jornada será igual o peor.

No está bien “vivir” así, de que me sirve la Constitución Nacional si con ella los dueños del poder se aprovechan de mi fuerza de trabajo y a la vez debo premiarlos con mi voto y con intereses leoninos de mis “deudas”.
Esta es la democracia de los ricos, es la que nos carcome por dentro.
Son gobiernos como este y otros que ya tuvimos que cumplen con los mandatos del poder de las corporaciones.

Hay mucho dolor por estas “deudas impagables” y otras tantas injusticias, pero hay mucha bronca, se está amasando la rebelión.
Cuando los docentes Catamarqueños explotaron las calles por sus reclamos, cuando en Tierra del Fuego el frío del clima se transformó en el calor que da la lucha masiva, se enciende la mecha de la rebeldía contra todo lo instituido.
Son miles y miles de almas que no están resignadas a la “tortura” de la vida indigna que nos proponen los poderosos.
Estamos comprendiendo como clase obrera, como pueblo que la lucha, que el enfrentamiento a este sistema de cosas es lo que nos dignifica como seres humanos.

Mucho se está haciendo para que la rebeldía esté a la orden del día allí en donde existe injusticia. Pero esa rebeldía debe estar acompañada y dirigida a sostener las “nuevas” autoridades que surgen de cada enfrentamiento. Hacer consciente que las mismas ya no son individuos aislados por fuera de la masa pasibles de flaquezas que promueve el propio poder.
Las nuevas autoridades devienen de las luchas que rompen con las estructuras políticas y sindicales y despliegan la autoconvocatoria en donde la asamblea en todas sus formas decida cada política a seguir. Asambleas de base, delegados de base entendiendo por ellos a los verdaderos exponentes de nuestro intereses, tengan o no tengan la “legalidad” impuesta por el sindicalismo empresario.
Desplegar este enfrentamiento con estas metodologías implica que el proletariado y todo el pueblo sufriente cuenta con otra Democracia, la Directa que nada tiene que ver con la democracia “representativa” que nos proponen las corporaciones.
Democracia Directa implica masividad en las acciones a tomar aunque las mismas muchas veces han comenzado con un pequeño grupo de “rebeldes”. Esas autoridades políticas que se van gestando y se multiplican son parte de la autoconvocatoria que va ganando la mente y los corazones de la población.
Nuestro pueblo ha dado muestras en su historia que la bronca acumulada se transforma en rebeldía y este momento histórico no será la excepción.

“Los deudores” somos los que generamos las riquezas.

Por eso desde nuestro Partido afirmamos que a este gobierno lo paramos enfrentándolo y profundizando las acciones que hoy nuestro pueblo está desplegando a pesar del silencio que recorre la prensa de todo color . Los deudores son ellos y así debemos perseguirlos.

Son ellos los “elegidos representantes” en esta democracia burguesa, representativa son los ilegítimos. Una parte importante de nuestro pueblo les dio la espalda en las últimas elecciones y nos deben la dignidad que ya estamos cobrando con las expresiones masivas de Democracia Directa como las mencionadas y otras como la de los chóferes que vienen ganando batallas y se sostienen en el tiempo.

Lo viejo no termina de morir, lo nuevo de la sociedad empuja la historia para adelante.

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