El acuerdo tripartito anunciado por la UOM nacional frente a la huelga de los obreros metalúrgicos de Tierra del Fuego sólo lo firmaron ellos.
O sea, las burocracias dirigenciales de la UOM, las empresas monopolistas como Mirgor, BGH y otras nucleadas en un holding, y el Estado a su servicio.
Fue firmado a espaldas de las y los trabajadores movilizados y en asamblea permanente, y su letra representa un aval a la continuidad de la extorsión laboral. Llama a la paz social que ya está quebrada producto de dos aspectos fundamentales: sus planes económicos (salariales) y sus planes los políticos (avanzar sobre las libertades políticas). Porque detrás de la paz social que intentan sostener está el argumento de la ley 333/2025 y con ella, justificar cero aumentos de salarios, más aumentos de horas, mas explotación, mas disciplinamiento.
Este acuerdo firmado en las alturas y lejos de las necesidades de las y los trabajadores es una afrenta a la democracia de las bases y a sus decisiones mayoritarias que estaban expresándose en un paro que llevaba 10 días. Arrogándose el derecho de negociar a nuestras espaldas estas burocracias llamadas representativas limitaron todo escenario de debate prohibiendo el protagonismo de las bases y ejecutando las mismas maniobras y ruindades contra las obreras y obreros que emprendieron el enfrentamiento.
La huelga y la movilización tuvo tanto peso que los propios burócratas tuvieron que rendir cuentas frente a los trabajadores del pacto firmado y así les fue…. Su subestimadora conducta chocó de frente contra las bases obreras que rechazaron de plano y enérgicamente este pacto entre burgueses, que tenía por objetivo hacerles pisar el palito a quienes -desde su firmeza proletaria- están diciendo basta.
Como viene ocurriendo en los últimos meses con las luchas de las y los trabajadores, cada conflicto delinea con mayor profundidad y corrección el contenido de clase de los enfrentamientos. Cada uno aporta a la experiencia de la clase obrera en su conjunto, cada uno despeja con su impronta la niebla de los engaños y mentiras burguesas, cada uno acentúa que la batalla es entre el proletariado y la burguesía.
Este escenario de resistencia pone de manifiesto en Tierra del Fuego que la acción y la organización de bases, la democracia directa y las libertades políticas se conjugan como un solo haz de lucha que debe consolidarse desde la fuerza que ya está movilizada para enfrentar sus próximas embestidas y engaños que seguirán intentando. Para -además- emprender la lucha por conquistas salariales y políticas que simultáneamente significan el quiebre de los planes de gobierno y el desarrollo de las fuerzas obreras y su independencia política para derrotarlos.