Fortalecer el Partido (PRT)


El estado de movilización y de debate en la sociedad no cesa. Por más que la propaganda de la clase dominante lo oculte, muy abajo la olla a presión hace su juego.

Se vive muy mal. Problemas económicos y problemas sociales se toman de la mano y todo indica que ese dolor no cesará.

En ese ir y venir de la movilización al que hacíamos referencia y en esa bronca acumulada va apareciendo incesantemente la idea del ¿qué hacer? Aparecen inquietudes de avanzadas que están enfrentando los planes de la burguesía que ya no ocultan esa preocupación.

Desde nuestras diversas formas de propaganda resumimos nuestra táctica, que es enfrentar el plan de gobierno.

Se acumula fuerzas si se va en esa dirección y para que ello se concrete, en simultáneo, las metodologías de democracia directa, cuando se van haciendo conscientes le dan mayor robustez a la lucha.

Nuestro partido adopta una política de clase, una política independiente de la burguesía y abunda en la idea de afianzar todas las iniciativas políticas en los diferentes sectores explotados y oprimidos de la sociedad.

Esta es toda una definición para ir asimilando un plan político que contempla la lucha por el poder.

Si decimos tirar del eslabón fundamental -que es desde el proletariado y en particular desde la clase obrera industrial- es porque entendemos que desde esa concepción es imprescindible acumular fuerzas desde allí para centrar el golpe principal en cada momento al poder burgués.

No se trata entonces de un plan “electoral” que acumule fuerzas para tal o cual sector burgués que hoy esté en disputa. Se trata de política independiente en el sentido estrictamente de clase.

Hay un quiebre entre el arriba y el abajo, se produce un gran vacío que la clase obrera debe disputar en un sentido revolucionario, repetimos, independiente.

Para ello ya se están experimentando una serie de organizaciones –en general autoconvocadas- con ciertos grados de organización política.

Esa diversidad de niveles en los distintos sectores de la sociedad son caudales muy importantes para enfrentar el día a día. La ausencia del “arriba”, fundamentalmente de sindicatos-empresariales, de hecho, aviva la inquietud de organizarse independientemente de todo lo que ya ni sirve como paraguas de “reclamos”.

En este sentido de pensamiento, además de toda esta experiencia que se está acumulando en la clase obrera y el pueblo, las avanzadas que surgen de estos enfrentamientos y que se preguntan ¿qué hacer? deben ser conscientes que existe un techo político que -si no lo rompemos- hará que esa acumulación hasta aquí lograda se vaya diluyendo.

Se profundiza la exigencia de que nuestro Partido se robustezca con la experiencia ya hecha de estas avanzadas y que las mismas terminen de romper con las ataduras que supo poner la clase dominante sobre la desconfianza a las propuestas revolucionarias.

Sabemos que la “izquierda” de todo color electoralista ha hecho y sigue haciendo un flaco favor a las ideas revolucionarias, ello explica en una buena parte la desconfianza de quienes hoy les ponen el pecho a las balas.

Pero ya es parte de las responsabilidades de esas mismas vanguardias embarrarse en un destacamento de clase como el nuestro para ampliar la acción revolucionaria desde un programa con tal sentido.

Dar el paso a la militancia partidaria -en todo caso- es un paso alentador en la lucha no solo política sino también ideológica contra la clase dominante.

La lucha política por el poder requiere fortalecer el partido de la revolución en un momento de la historia de la lucha de clases que caracterizaríamos de inflexión.

No es un momento cualquiera. Desde lo político se requiere apoyarse en la ciencia del proletariado, en las herramientas teóricas y prácticas con las que la clase obrera ha sabido sostenerse como clase.  Enfrentarse hoy requiere profundizar lo que se está haciendo, pero además dirigirlo a un plano superior de la lucha por el poder.

Desde lo ideológico la ciencia del proletariado reafirma una y otra vez el porqué de la independencia de clase, lo que vulgarmente decimos “punto de vista” de clase.

Desde estas necesidades políticas e ideológicas la permanente preocupación por abundar en el programa del partido ayuda a simplificar la inquietud del qué hacer.

Entendemos que fortalecer el Partido es impregnar a esas vanguardias de estos debates que lo conjugan todo, y plantear que las tácticas que venimos desplegando no son producto de la espontaneidad de un pensamiento, sino que parten de una mirada una muy amplia del devenir histórico.

Ser parte del proyecto partidario, ocupar un puesto de lucha en el nivel que sea, no es necesidad del Partido como un fin en sí mismo. Es -en todo caso- fortalecer y robustecer una herramienta para la revolución que necesita nuestra clase obrera y nuestro pueblo.

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