En las últimas horas nos dijeron: «¡Hay que trabajar más para salir de la crisis!»
Mientras tanto, corre la hipocresía y el rearme guerrerista de sus países está a la orden del día.
¿Quién pagará la guerra? ¡¡¡La productividad!!! y a no dudarlo.
Por un lado, la robótica, la IA, y por otro, miles de millones de seres humanos que se siguen proletarizando con salarios por debajo de los niveles de pobreza. Los productos en góndolas esperan compradores -si lo sabremos trabajadoras y trabajadores argentinos-… esta sí que es una expresión de la crisis del sistema capitalista.
Mientras las grandes transnacionales reciben los favores de los Estados a su servicio, la producción manufacturera no puede superar los niveles esclavistas que impone el sistema capitalista, a pesar de la “tecnología”.
La competencia entre las grandes concentraciones de capital requiere cada vez más inversiones en ciencia y tecnología, y a pesar de ello, no dejan de ir por mercados laborales como Bangladesh, India, o países mal llamados emergentes, como es el caso de Vietnam.
El salario chino ha crecido, pero sigue siendo competitivo. Sin embargo, el capital es como el tiburón: cuando huele a sangre va por su presa. Son esos mismos capitales trasnacionalizados que van migrando, y en esa emigración, producen un brutal espanto traducido en guerras, en destrucción de fuerzas productivas, y en crimen organizado contra la verdadera emigración de millones de seres humanos devastados por la arrogancia del capital.
Así como el 21 de junio comienza en nuestro país el invierno y -en su apariencia- es el día más corto del año -, en esa misma oscuridad los días comienzan un nuevo proceso de crecimiento y se engendra lo nuevo expresado en nuevos brotes, es lo potencial del devenir de la naturaleza.
En la sociedad de clases hemos vivido un negro “invierno”, la crudeza de décadas de un sistema capitalista con globalización mediante que supo abordar sus “éxitos” económicos con un acompañamiento de lucha ideológica contra el proletariado y -en definitiva- contra las ideas comunistas.
Ese período oscuro de la humanidad no ha desaparecido -es muy cierto- pero en el abajo, en la profundidad de las sociedades humanas universales, los pueblos del mundo han comenzado a decir basta al pisoteo de la dignidad humana.
A modo de ejemplo para Alemania y Francia en referencia al título de esta nota.
Alemania: Sindicatos juveniles, huelga de estudiantes contra recortes educativos que se unieron a piquetes de obreros en Hamburgo y Leipzig. El 25 de junio concentración de 15 mil personas en Berlín por recortes de subsidios; movilizaciones en la industria pesada: Thyssenkrupp, ocupación de altos hornos tras anuncios de despidos; paros en BASF contra traslados a China. Bloqueos en Stuttgard de Bosch y Hannover con pérdidas estimadas en 280 millones de Euros; IG Metal, huelgas escalonadas por aumentos salariales del 8,5 % frente a inflación del 5,2%. En el mes de junio la conflictividad obrera en Alemania alcanzó un punto crítico marcado por huelgas masivas y protestas sectoriales; el mes de julio, aún sin estadística persiste en esa dirección. Esta cantidad de días de huelga no se veían desde el año 1993.
Francia: Huelga de revisores y maquinistas iniciada en mayo y continúa en junio por reclamos salariales y condiciones laborales. Tras las masivas protestas del 13 de mayo en París varios sindicatos mantuvieron presión con paros escalonados. En supermercados Lidi, huelga ilimitada desde el 15 de mayo y continúa en junio. Van por la eliminación de turnos obligatorios dominicales y mejoras de condiciones laborales. Protestas agrarias con bloqueos de rutas. Agudización de la protesta en transporte y sector público que viene del 13 de mayo. En muchas protestas hay radicalización en el enfrentamiento levantando banderas políticas del mayo del 68 y la Comuna de París. Podríamos afirmar que Francia es el epicentro de la lucha contra la “austeridad” y la guerra en Europa.
Todos estos brotes se dan precisamente en estas potencias capitalistas y se hacen sentir cada vez más. Es lucha de clases en crecimiento. Tomamos solo dos ejemplos puesto que las declaraciones de estos mandatarios se produjeron hace pocas horas.
Pero es una ola que recorre el planeta, y en esa ola existe un despertar de las ideas comunistas en una etapa muy compleja de la lucha de clases.
Una época de inflexión que va saliendo de la oscuridad impuesta por décadas por la clase dominante. Pero es y será tarea de las y los revolucionarios preparar constantemente las fuerzas políticas independientes en el proletariado, capaces de llevar estos torrentes por el camino de la lucha por el poder y la construcción de una sociedad socialista.