Sabido es que toda la burguesía y sus expresiones políticas (libertarios, liberales, conservadores, populistas, socialistas democráticos, y cuanto nombre vario pinto adoptan para disputar los puestos gubernamentales e institucionales), están de acuerdo y pretenden seguir avanzando en tres pilares fundamentales para la superexplotación y opresión al proletariado y sectores populares.
Ellos son: la reforma laboral, la reforma previsional y la reforma estatal incluida la fiscal, algo que está incluido en la Ley bases aprobada por el Congreso y con intenciones de institucionalizarse lo antes posible (pues de hecho ya se aplican en muchos casos), siempre que la situación política y social lo permitan.
Al respecto, en consonancia con lo antedicho, la Cámara de industriales metalúrgicos de Córdoba, presentó un proyecto de reforma laboral “con el objetivo de mejorar la competitividad de las empresas y reducir costos, sin afectar los derechos laborales fundamentales”, según expresan en su propuesta.
Sin dudas, quieren mejorar la competitividad y reducir costos, lo que es contrario a no afectar los derechos laborales.
Veamos lo que, entre otras cosas, «proponen»:
- Reducir la cantidad de delegados en cada empresa sin tomar en cuenta los distintos turnos. O sea que si hay un delegado en un sector se consideraría que representa a los dos o tres turnos que tenga la empresa.
- Prohibir las asambleas en la planta ya que las redes hacen posible la comunicación entre los obreros sin necesidad de que se reúnan presencialmente.
- Modificar el artículo 212 de la Ley de Contrato de Trabajo para poder jubilar con antelación a los trabajadores accidentados, con enfermedades profesionales, etc. sin tener la obligación de reasignarlos a otras tareas y seguir pagándoles salarios y beneficios o pagarles una indemnización especial en caso contrario.
- Generalizar las contrataciones sin pase a planta y reducir las indemnizaciones por todo motivo.
Esto es sólo una muestra de cuerpo entero de cómo la burguesía “beneficia” a los trabajadores.
El mismo concepto manejan respecto de las jubilaciones. Repiten y repiten que es imposible sostener el sistema jubilatorio cuando existen mayor cantidad de jubilados y menor cantidad de trabajadores registrados.
Lo que no dicen es que el sistema jubilatorio se deteriora por el achicamiento de los puestos de trabajo registrados que ellos mismos impulsan, el deterioro de los aportes dado el decrecimiento de los salarios y los robos que todos los gobiernos le han propinado y propinan a las cajas de jubilaciones.
Y, para completar, no se olvidan de insistir en la baja de impuestos a la producción y a los capitales, lo que mejoraría, según ellos, el sistema de precios y la competitividad. Ya hay propuestas de remplazo de impuestos a los ingresos brutos por un aumento de 5 puntos del IVA (26%), es decir, traslado de pagos por parte de los capitalistas a los consumidores que, como se sabe, somos las mayorías populares. Siendo así, no sólo no bajarían los precios, sino que aumentarían, claro que también las ganancias empresarias que es el único quitasueño burgués.
Sólo por nombrar a las máximas figuras de la partidocracia burguesa diremos que Milei, Macri, Cristina Kirchner, y acompañantes de todos, coinciden (aunque con distinto verso pero con el mismo contenido) en que hay que flexibilizar las leyes laborales y jubilatorias, a la vez que reducir los impuestos para la burguesía.
Tal como lo venimos afirmando, no hay posibilidad de cambio si no es a través de las luchas que vienen ejerciendo el proletariado y sectores populares.
Ninguna elección ni ley dictada por la burguesía será beneficiosa para los sectores populares, salvo aquellas que sean arrancadas por una resuelta lucha de clases, lo cual también indica que nuestras luchas deben superar la legalidad del sistema.