La semana pasada Celulosa Argentina anunció el cese de actividades en sus plantas de Zárate y Capitán Bermúdez. Hoy se suma otra empresa del grupo: Forestadora Tapebicuá.
Por estas horas se viven momentos muy angustiantes en Gobernador Virasoro, localidad ubicada al norte de la provincia de Corrientes que concentra un polo maderero estratégico. Además de la presencia de pequeños y medianos aserraderos, la presencia de Estancia Las Marías, ACON Timber y Forestadora Tapebicuá determina la vida del enclave productivo. Tapebicuá pertenece al grupo Celulosa Argentina, la cual a su vez está controlada por Tapebicuá Investment Company S.L. (España), con sociedades controlantes indirectas: Tapebicuá LLC (Estados Unidos) y Fanapel Incestment Corp. (Bahamas).
Un típico esquema de evasión fiscal mediante empresas trianguladas en paraísos fiscales.
Celulosa Argentina, la empresa controlante de Forestadora Tapebicuá, ha sido noticia en el mundo financiero por el default de sus Obligaciones Negociables en mayo de este año y el anuncio de suspensiones en las plantas de Zárate y Capitán Bermúdez la semana pasada. La empresa atraviesa una crisis financiera que busca sanear descargando el ajuste sobre la espalda de los trabajadores. Pero ¿Qué hay detrás de esta crisis financiera? ¿Se cumple la frase tan de moda por estos tiempos “no hay plata”?
A los años transcurridos con altas ganancias, producto de una situación monopólica en algunos rubros, se le suman mecanismos de evasión fiscal maquillando los balances contables. Y es que los dueños del grupo, ofician al mismo tiempo como directores: Douglas Albrecht, José Urtubey -hermano del ex gobernador de Salta-, Juan Collado, además de Diego Tuttolomondo, vicepresidente y gerente administrativo. Así hacen pasar las ganancias empresariales como retribuciones y honorarios a la dirección, evadiendo impuesto a las ganancias y presentando balances con ganancias licuadas.
Para poner un ejemplo, en el balance anual del grupo, la Retribución de administradores, directores y Comisión Fiscalizadora informa que en 2024 los honorarios percibidos fueron de $ 8.517.049.000, mientras declaraban una ganancia empresarial de $ 26.367.051.000, lo que significa que el reparto de ganancias en concepto de retribuciones a la administración, que está compuesta por los mismos dueños de la empresa, equivale al 32% de la ganancia declarada durante el período, mientras que para el año 2023 esa proporción de ganancia que se llevaron bajo la forma de “sueldos” a los directivos fue del 14% ¡Hermosa forma de evadir impuestos!
Ya con la empresa en plena “crisis”, declarando “pérdidas” en Forestadora Tapebicuá por $7.309.421.463, estos empresarios se llevaron $4.893.037.000 en el período que va de junio del 2024 a febrero 2025. Dos meses después, dejan de pagar las obligaciones negociables y cheques de pago diferido.
Otro dato a destacar es la producción. Según lo declarado por la propia empresa, la venta de papel expresada en toneladas cayó un 16% respecto al período anterior; la de pulpa de mercado un 15%; y la de madera de mercado un 23%. En conjunto, se declara una caída del 32% de las ventas en peso al mercado interno, pero un aumento del 104% en las ventas al mercado externo.
En cuanto a las principales unidades de negocio, la planta de celulosa ubicada en Capitán Bermúdez presentó una caída de la producción del 16%, que la propia empresa admite se debió a una parada de planta para ejecutar una inversión de US$ 13 millones. Si estuvieran tan quebrados ¿Encararían semejante inversión?
Según el balance consolidado de Celulosa Argentina (que incluye a Forestadora Tapebicuá) la crisis financiera pareciera ser mas bien producto de una toma indiscriminada de ganancias por parte de la dirección, más que por la caída de la producción o la venta al mercado interno, que, si bien existe, tampoco pone en cuestionamiento la posición dominante del grupo en el mercado local. En todo caso, es muchísimo más factible que los dueños de la empresa hayan licuado ganancias con el objetivo de retirar fondos y ponerlos a jugar en el Carry Trade, la bicicleta financiera de Caputo.
Veamos ahora que pasa con Forestadora Tapebicuá en particular. No se trata solo de un aserradero, sino también una planta de remafactura y tableros compensados (también conocidos como plywood). La planta de compensados constituye un verdadero monopolio, ya que son los tableros que se utilizan para el encofrado de hormigón, y esta es la única planta que existe en el país. Literalmente, las obras de construcción en Argentina utilizan todas este producto.
Si bien el sector viene atravesando una fuerte caída producto del desplome de la construcción, hay varias cosas que debemos observar.
En primer lugar, la particular inconsistencia de los balances contables, pero al punto tal, que declaran un costo de producción superior al monto de ventas, algo inconcebible desde todo punto de vista, sobre todo, teniendo en cuenta que la empresa seguía funcionando con total normalidad hasta la última semana, cuando empezaron a vaciar el stock de materia prima.
Pero la preocupación del Sindicato de Obreros Madereros de Corrientes es otra. Su secretario general, Ricardo Kupec, declaraba hace unos días que Forestadora Tapebicuá no es rentable por sí misma, sino que subsiste gracias a los fondos que le provee Celulosa Argentina. En el medio, argumenta que los costos de producción “no dan como para la exportación” -por favor, alguien que le avise que se duplicaron las exportaciones-.
Una vista rápida a los balances de Forestadora Tapebicuá nos arroja la siguiente información: en el último ejercicio, Forestadora Tapebicuá transfirió cerca de $800 millones a Celulosa Argentina. [1] Ya en 2021 Forestadora Tapebicuá había condonado US$ 6.197.362 a Celulosa Argentina, en lo que constituye una transferencia directa de capital. Esto significa que es completamente al revés de lo que sostiene el secretario general, Ricardo Kupec. No es Celulosa Argentina quien “subsidia” a Forestadora Tapebicuá, sino esta última quien cede capital para apalancar el balance contable de Celulosa Argentina ¿Y para que lo hace, si ya la empresa de celulosa tenía resultados positivos solita? Para inflar su volumen financiero, permitirse el pago de “honorarios” a los propios dueños del grupo, y emitir obligaciones negociables -es decir, salir a colocar deuda en el mercado- que luego terminan defaulteando (no pagaron).
Unos verdaderos transas de la contabilidad. No podíamos esperar menos del hermano del gobernador de Salta ¿No?
Mientras tanto el sindicato ayuda a construir un relato de “crisis” con la patronal. Los trabajadores hace meses que están cobrando el salario en cuotas ¡Sí, en cuotas! Con ingresos en el orden de los $ 700.000 por mes, la respuesta del gremio es siempre la misma: no se puede hacer nada.
En el medio, la empresa presentó un Procedimiento Preventivo de Crisis, que utiliza como excusa para extorsionar a los trabajadores junto con el sindicato, poniendo todo el tiempo por delante excusas “legales” para justificar la flexibilización.
Pero no crea usted que el sindicato no está haciendo nada. Entregaron planillas en blanco para que los trabajadores firmen consentimiento con nombre, apellido y DNI, no se sabe para qué. Los obreros, desde ya, no lo firmaron. Los delegados de base presionan para obtener explicaciones, encontrando siempre como respuesta un “No se puede, porque la ley…”.
Esta semana, las cosas empeoraron. Primero, cuando les depositaron apenas el 30% del salario con un comunicado de la empresa que reproducimos a continuación:
Frente a semejante atropello, la respuesta de los abogados del sindicato es que no se puede tomar ninguna acción colectiva, corresponde que los trabajadores, de manera individual, inicien el reclamo legal por su cuenta. Una medida que ya habían promovido años atrás, y que tiene dos o tres ribetes interesantes. Por un lado, le sirve al sindicato para desentenderse del tema. Además, es una manera de marcar compañeros. Esto ya se sabe en planta, puesto que años atrás, el mismo mecanismo fue utilizado para despedir trabajadores y meter miedo. Y, por último, es un negocio para la abogada del sindicato, que les cobra de manera individual cada acción legal…
Mientras escribimos este artículo, la empresa anuncia una suspensión de 30 días a partir del día lunes, siguiendo el camino del resto de las plantas del grupo. Por su parte, el sindicato llamó a un paro por tiempo indeterminado. Algún deprevenido pensará que ahora se pusieron al frente, pero no. A los delegados de planta no les atienden el teléfono y a los obreros ni hablar. La preocupación, para estas burocracias, es una interna por una deuda que la empresa tiene con el sindicato por 170 millones de pesos. Y mientras tanto, que los obreros aguanten…
Una vez más se repite el mismo esquema que en tantas fábricas en nuestro país: aprovechan momentos de una caída temporal de la producción para flexibilizar mano de obra mientras se hacen la fiesta con los negocios financieros. Luego, cuando vuelven a producir al 100% de capacidad, lo hacen con menores salarios y trabajadores más flexibilizados.
La historia de entrega sindical en Tapebicuá es la misma que en todo el país. La única salida real para los trabajadores y familias de Gobernador Virasoro depende de los propios trabajadores. Los antecedentes recientes de la pueblada en Concepción del Uruguay por el conflicto de los obreros de Granja Tres Arroyos, o la conquista de los docentes autoconvocados de Catamarca, marcan un camino. Un camino que en Virasoro habrá que profundizar.
[1] Esta transferencia no aparece de manera explícita en el balance, sino a través de un giro. Forestadora Tapebicuá transfirió créditos otorgados por Tapebicuá LLC y Fanapel a Celulosa Argentina. Con esta transferencia, la Forestadora pagó deuda contraída con Celulosa Argentina. A cambio, Forestadora se quedó con un crédito respecto a Celulosa (es decir, pagó más de lo que debía), pero el crédito asentado en el balance es inferior al monto transferido, con lo cual, en la práctica, existe una transferencia de recursos desde la Forestadora hacia Celulosa Argentina. No es para que el lector se haga un licuado crediticio, sino simplemente para ilustrar algunas de las argucias contables que utilizan estos personajes para dibujar los números.