El principal fondo inversión planetario afirma bajo el título “Gestionando la incertidumbre” que “los grandes cambios en la política estadounidense y la elevada incertidumbre reflejan una evolución del nuevo régimen macroeconómico. Es fundamental afrontar la incertidumbre identificando sus elementos clave. Los anclajes macro a largo plazo son más frágiles dada la gran variedad de resultados posibles”.
El subrayado es nuestro porque es todo un reconocimiento explícito de una crisis política y económica del sistema capitalista. La puja interimperialista se está expresando entre Estados y en los Estados puertas adentro. ¡Y Argentina no está exenta!
Curiosamente, este fondo de inversión con el poder económico a la altura de Estados como los EEUU y China, tiene asentadas sus fichas alrededor del globo.
Está en Ucrania “pregonando” la paz y hace lo propio en Rusia, disputando y acordando con un fondo de inversión para el día después. O sea, el negocio de la reconstrucción, y en él mientras tanto la muerte asecha a los pueblos.
Está en Israel y está en Medio Oriente, fomenta el negocio de la guerra y a la vez -al igual que con Ucrania- pergeña la reconstrucción de Gaza. En el encuentro de Trump – Putín estuvieron estos titanes financieros debatiendo el reparto del botín.
“La gran variedad de resultados posibles” a la que hace referencia el documento para el resto del 2025 tiene una relación directa con una ausencia casi absoluta de una centralización política que requiere el sistema a nivel mundial.
Sin embargo, es curioso observar en todas sus referencias de crisis y “consejos” al inversor, la “falta” de una caracterización política explícita del proletariado y de las aspiraciones de los pueblos.
¿Porque decimos explícita? Simplemente porque la burguesía, clase dominante, tiene adherido al “cuerpo y a la mente” la existencia de intereses antagónicos y en esa lectura rápida y a veces superficial deja entrever que la variedad de resultados posibles está sujetos a la lucha de clases. No hace falta aclararlo.
Mientras los negocios se “reúnen” para la guerra los pueblos del mundo van acrecentando su rechazo a las mismas. Lo hacen en las calles contra el genocidio en Gaza y esa ola se agiganta día tras día.
Las innumerables huelgas obreras que se suceden fundamentalmente en la industria espacial, la fabricación de aviones y armamento para la guerra conlleva el ingrediente de una disputa económica con ingredientes ofensivos en sus reclamos y a la vez entorpece la cadena de suministros global para la guerra.
No es menos cierto que la incertidumbre de los capitales -a la que se hace mención sin decirlo- el propio Black Rock está de un lado y del otro del negocio. Ycomo ejemplo concreto expresa preocupación la nueva ola de liberación que recorre el continente africano. Además de países como Malí, Níger y Burquina Faso es de prestar atención los procesos de Senegal y El Chad, entre otros.
Todo muy contradictorio y muy confuso, recordando que este continente era proveedor solo de materias primas y ahora comienza a apetecer el bajo salario para instalar industrias de mano de obra intensiva, en donde actores como China, Rusia, Turquía, Emiratos Árabes, entre otros Estados, se suman a las viejas intervenciones colonialistas del pasado como Francia, Italia, Alemania y -desde ya- el propio EEUU.
Los “señores” de Black Rock saben de lo que estamos hablando: los pueblos están asimilando que aspiraciones democráticas se van extendiendo.
Ellos no se ponen de acuerdo y lo expresan con guerras. Los negocios son negocios y la ceguera que les produce escapa a decisiones voluntariosas.
Los pueblos del mundo no quieren participar en guerras de intereses burgueses y lo demuestran saliendo a las calles, porque así las cosas no pueden seguir.