La verdadera disputa hoy se presenta en el plano político y se trata de una confrontación de clase contra clase.
El viernes pasado, el gobierno estaba en el abismo, lunes y martes el gobierno aparece ante los ojos del mercado “recuperado por ser rescatado”. El Tesoro de los EEUU, y su “amigo” Trump quieren garantizar el pago a los bonistas y a la vez profundizar el intento de hacer de Argentina una “cabeza de playa” de un sector de la burguesía monopolista arraigada en el país del norte.
Este “salvataje”, al igual de los 45.000 millones de dólares de la era Macri, no harán más que condenar a nuestro pueblo, y sobre todo a la clase obrera, a un sinnúmero de ajustes aún por realizar y condicionamientos políticos y militares que se vienen insinuando en la actual administración.
Como dice el dicho: un “abrazo de oso”.
Aunque por estas horas no se sabe de qué se trata el rescate económico, la clase dominante sabe que el problema fundamental radica en la crisis política. En las últimas semanas nada le ha sido grato al gobierno, sobre todo si miramos el grado de enojo, descontento y movilización que viene de lo más profundo de la sociedad y en donde la clase obrera industrial ha dado muestras de crecimiento en su actuación como clase.
¿Resuelve un préstamo para garantizar la plata a los bonistas, el día a día de subsistencia de nuestro pueblo?
Conocemos la historia: el “derrame” del préstamo nunca llegará para aliviar el dolor de las grandes mayorías explotadas y oprimidas. Por el contrario, todo hace suponer que la algarabía por estas horas del gobierno es poder contar con “el favor” del Tesoro para garantizar al menos goberrnabilidad por el resto del mes de octubre.
Cuando se anuncie el rescate nada de lo que estamos padeciendo con el plan de gobierno se resolverá.
Por eso, en estas horas de “ilusionismo” gubernamental se trata de profundizarles sus crisis con la confrontación de clases y no dejarlos pensar sobre todo en el terreno de lo institucional, que toda la clase dominante aspira y sin excepciones para aquietar las aguas del descontento.
La resistencia se está dando fuera del plano institucional burgués, son innumerables expresiones que ya están probando el sabor de que existen caminos que la propia lucha y experiencia muestran su eficacia.
Por estas horas la andanada de propaganda girará en torno a las pujas interburguesas del momento, entre otras cosas, sus disputas tratarán de conquistar una tajada de los recursos económicos del Tesoro. Es allí en donde aparece la necesidad de ir profundizando en la idea y en la acción movilizadora, la importancia que la verdadera disputa es clase contra clase y muy lejos de las aspiraciones electorales de octubre que pretende una conciliación entre las mismas.
La crisis política y económica capitalista no se resuelven con un “préstamo”. Trump, al igual que Milei y sus gobiernos, están sujetos al asedio de la lucha de clases planetaria, lo que parece hoy estable mañana es crisis literalmente hablando. El “préstamo” se dará en estos marcos.
Veamos:
Por un lado, el crecimiento de la resistencia global al genocidio provocado por Israel-EEUU que hoy por hoy se ha generalizado en todo el mundo.
Francia, donde el día jueves un millón de personas salieron a las calles bajo la consigna “bloqueo total” apuntando a las medidas de austeridad reclamadas por el gobierno de Macrón. Fueron 230 movilizaciones en toda Francia.
Perú movilizado contra las políticas de pensiones del gobierno.
Ecuador con un estado de excepción en siete provincias que delata la magnitud de la movilización por el quite del subsidio al gasoil.
Kenya, donde el 9 de junio estalla la protesta en Nairobi contra la reforma fiscal. A pesar de los cientos de muertos el gobierno tuvo que retirar la reforma planteada.
Nepal, con movilizaciones gigantescas por derechos políticos. Cae el gobierno.
Serbia, con reclamos políticos y económicos que provocan una crisis política regional.
Chad, donde la movilización impone nuevas reglas de juego en la dirección política de ese país y se reactivan grandes movimientos en defensa de intereses populares extendiendo la crisis política en todo el continente africano.
Indonesia, el cuarto país más poblado, con un levantamiento de la clase obrera industrial por derechos políticos y económicos.
Filipinas y una explosión social por reclamos políticos y económicos.
Italia vive una huelga general y movilizaciones contra el genocidio de Israel- EEUU.
Damos algunas muestras concretas de los fenómenos de masas, de lucha de clases efectivas para entender mejor que los vaivenes en la crisis política argentina están dados por luchas cada vez más agudas por los mercados. Pero, a la vez, estos “acuerdos” o “abrazos de oso” están sujetos a la confrontación de clases en el mundo y particularmente en nuestro país.
Todo lo que hoy aparece como estable, mañana será efímero.