Las PyMEs (en general) son empresas con un capital no tan grande (en comparación a las grandes firmas que controlan monopolios) y controladas por el tren de cola de la burguesía, los pequeños burgueses.
En estas épocas en donde la burguesía busca implantar una precarización de las condiciones laborales a nivel mundial, estas pequeñas y medianas empresas aprovechan el tirón de los grandes grupos económicos supranacionales. Éstos, hoy en día y en el marco del Capitalismo Monopolista de Estado funcionan como subordinadores y condicionadores de las pequeñas y medianas empresas, para también precarizar las condiciones laborales de sus negocios, generando una mayor cantidad de ganancia sin poner una gran inversión o incluso reduciendo los costos.
Cuando hablamos de precarización laboral hablamos de sueldos muy por debajo de la línea de pobreza, una poca presencia de los pequeñoburgueses dueños para con sus propios empleados, entre otras cosas que serán ejemplificadas más adelante en esta nota.
Al mismo tiempo que lo único que hacen es llorar todo el tiempo diciendo que están en crisis, mientras a que a fin de mes siguen sacando sus jugosas ganancias, ganancia que conservan y conservarán aun así si su pequeña o mediana empresa cierra, ya que este se irá con todas sus ganancias acumuladas abajo del brazo mientras que el obrero es aquel que se queda en la calle y en muchísimos casos sin indemnización, debido a la cada vez mayor y más profunda precarización.
A continuación, expresaremos casos y experiencias laborales de compañeros y compañeras en diferentes PyMEs en donde no se puede ver de manera clara la verdadera cara de estos pequeñoburgueses y de lo que es trabajar en condiciones deplorables.
“Trabajo en una casa de autopartes en Warnes, dónde nuestro sueldo es de 600 mil pesos hace más de 1 año. En la entrevista que me hicieron, me dijeron iba a tener comisiones por repuesto vendido, pero los primeros 4 meses no respetaron eso, tanto conmigo como con algunos pares. Tengo compañeros que vienen desde muy lejos y claramente a ninguno le alcanza para vivir, pero la respuesta ante la pérdida de aumento salarial es que no estamos en un buen momento y que si nos esforzamos quizás nos llega algo extra a fin de mes. Sigo esperando desde hace 4 meses el extra del que se habla. Y el local no queda atrás, se quemó la heladera hace 3 meses y no la piensan arreglar, junto con el baño que es para la única mujer del local, que además no tiene mochila”.
Otro testimonio: “Trabajo hace 3 años en una fábrica de motorreductores en Villa Ortuzar. Además de tener que soportar la complicidad de la UOM en la precarización laboral tenemos que tolerar los llantos del dueño a la hora de hablar mano a mano de los aumentos (el dueño vive de vacaciones)… al mismo tiempo que recibimos un hostigamiento del jefe de planta, que en la práctica actúa como el perrito faldero del dueño. Cuando intentamos hacer asambleas bajo la metodología de la democracia directa hemos recibido patoteadas directas del dueño y el jefe de planta, particularmente en mi caso me dijeron: si no te gusta ahí tenés la puerta».
“Además de todos los problemas mencionados la fábrica tiene demasiadas carencias en el ámbito de la seguridad e higiene. Hace 5 meses uno de los torneros fue chupado por una máquina hasta la altura del hombro, si el compañero de la máquina rectificadora de engranajes de al lado no paraba de forma rápida el torno desgraciadamente estaríamos hablando de un asesinato laboral, ya que de los 3 dispositivos de frenado de emergencia con los que cuenta el torno no se encontraba en funcionamiento ninguno”.
Este es quizás el ejemplo más extremo de la falta de medidas de seguridad e higiene, pero hay dos más que nos parece que dejan bien en claro que solamente nos ven como los «números» que le producen toda la ganancia al dueño.
“Al compañero que maneja la radial hace dos meses el jefe de planta lo mandó a cambiar los filtros de la cabina de pintura (placas de fibra de vidrio compactadas) sin ningún elemento de seguridad ni advertirle el peligro de la acción.
A la semana de eso mandaron a pintar los carriles de seguridad en el piso de la fábrica (La única medida de seguridad tomada con efectividad luego del «accidente» del compañero tornero) al compañero montador, sin avisarle que los estaba pintando con pintura al plomo”.
Otro testimonio: «Yo laburaba en un lavadero industrial en San Martín, pero esto que cuento se aplica a toda la industria textil: sueldos en negro, pagos a destiempo de hasta casi un mes, jornadas laborales de 12 horas con solo 30 minutos para comer, condiciones de trabajo inhumanas, compañeros que viven a 30 km del lugar de laburo que no renuncian por la falta de laburo con una familia al hombro, salarios mínimos que no alcanzan para vivir… Ellos dicen que no tienen plata, pero te enteras que una vez al mes el dueño se iba de viaje al exterior mientras que a nosotros no nos pagaba el sueldo diciendo que la situación era crítica mientras la producción no paraba.
En mi caso yo laburaba en mantenimiento y siempre nos mandaban a arreglar alguna nueva propiedad que el dueño había comprado, plata claramente no les faltaba para ellos. Pero para los obreros nada, el aire estaba lleno de vapores tóxicos de los químicos para teñir la ropa, pisos inundados a veces con 5 centímetros de agua, las instalaciones eléctricas de las máquinas estaban mal conectadas, realmente una bomba de tiempo a punto de explotar, en el área de localizado no había extracción de vapores.
Así puedo estar hablando todo el día de cosas mínimas para que una fábrica esté en funcionamiento sin dañar a los trabajadores. Cuando les caía una inspección sobornaban a los, inspectores y seguía todo igual. Es más: les avisaban cuando alguno los denunciaba, el sindicato no hacía nada, no le importaba nada más que llevarse su sobre a fin de mes por no generar conflicto. Yo en mi caso hice todo lo que me pidieron y más cuando reclamamos lo mínimo que nos correspondía como trabajador, no dudaron en echarme con la complicidad del sindicato».
Está claro que no tenemos que dar el brazo a torcer. Los burgueses no tendrían nada sin la clase trabajadora; no podemos dejar que nos sigan explotando, tengamos siempre presente que a uno solo lo pasan por arriba, pero que si estamos todos unidos bajo los intereses de nuestra propia clase no tienen oportunidad.
Puede parecer difícil romper con lo establecido, es cierto, pero mientras ellos disfrutan la vida de lujos a costilla de la clase trabajadora, nosotros no podemos ni vivir. ¿Cuánto más puede aguantar la clase obrera?
PROLETARIOS DEL MUNDO ¡¡UNIDOS!!