Estos trabajadores y trabajadoras del transporte público de Córdoba Capital tienen una historia de lucha que no solo se remota a los años ´70 y a aquel dirigente histórico Atilio López, sino que en el 2017 protagonizaron una histórica lucha que produjo un terremoto político con aquella huelga, llevada adelante por una verdadera rebelión de las bases. Huelga que puso en jaque al gobierno de esta provincia y a la propia burocracia de la UTA (sindicato de trabajadores del transporte).
Si, decíamos trabajadores y trabajadoras, porque son decenas y decenas las mujeres que trabajan manejando los “bondi” en esta provincia. De hecho, en aquella rebelión participaron y estuvieron a la cabeza, entre otros choferes de otras empresas, las trabajadoras de los Trolebuses (empresa de colectivos que van conectados en forma eléctrica a una red cables que están por encima de las calles).
Luego de la traición y vendida de los dirigentes de la UTA nacional, los empresarios despidieron y descabezaron ese movimiento rebelde y antiburocrático que se ponía de pie. Donde fueron 209 despidos, donde la patronal quiso aleccionar y borrar de la memoria esta lucha. Pero aquella gesta de dignidad, de los/as obreros/as del volante, quedó grabada a fuego.
Así fue que hace en el 2022, se arma una lista opositora que buscaba disputar la conducción de la seccional Córdoba de la UTA y esa lista gana, pero desde Bs As la conducción nacional no reconoce el triunfo, impugna el resultado e interviene de hecho la seccional. Claramente esa intervención no solo ha entregado derechos, avalado pérdida del poder adquisitivo del salario (llegando a ganar hoy por hoy la mitad de aquel salario), avanzaron como siempre lo hacen con acomodos y entrada de familiares y amigos/as, sino que es evidente como algunos/as, a pesar del retroceso salarial, pasaron a incrementar su nivel de vida, viviendo en country. Esto es lo que hacen, de manual, esas burocracias sindicales traidoras y desclasadas. Ejemplo de esto son las elecciones de delegados/as, donde dichas elecciones son maniatadas y fraudulentas, y los/as delegados/as que son elegidos/as son puestos casi a dedo con la complicidad de las empresas.
Hoy nuevamente, desde abajo, comienza a caminar la bronca, y esa bronca tiene que buscar empalmar con la dignidad. El deterioro salarial es el principal eje de esa bronca que se mastica, y es lo que ha hecho que cientos y cientos de choferes renuncien o busquen arreglos. Un dato a tener en cuenta en el último tiempo a nivel nacional 3.100 son los/as choferes que se fueron producto de esos magros salarios. Llegando muchísimos choferes a no querer jubilarse, porque es una miseria lo que se cobra de jubilación. Un dato importante es que desde Junio, luego del último aumento salarial, no se conoce la escala salarial, no se sabe que se cobra, porque empresa y sindicato no presentaron la escala salarial. A esto sumarle que luego de la rebelión del 2017 en esta provincia se perdieron ese 2% que se cobraba por encima del AMBA y el 2% que se cobraba por cada aumento de boleto. Obviamente todos retrocesos que cuentan con el aval del sindicato. La rabia también es ante cada chanchullos y maniobras que hacen estos burócratas que persiguen y ningunean a los opositores, inclusive con servicios sociales que el sindicato tendría que brindar a todos/as por igual.
Se abre un momento donde habrá que reflexionar y comenzar a construir bases sólidas, para los futuros embates que tenemos que hacer los/as trabajadores/as por un salario digno y por cada derecho perdido. Esa construcción sólida tiene que empezar a desarrollarse en cada sector de trabajo, en cada empresa, pero buscando tejer unidad de clase con otros/as trabajadores/as, desde las entrañas de las bases obreras de Córdoba.