Águila Dorada Bis y Capital del Monte: profundizar la resistencia desde la acción mayoritaria de las y los trabajadores


No es secreto y cada día es más expuesta -por la propia resistencia del proletariado- que las condiciones laborales a las que pretende llegar el capital son ni más ni menos que la profundización de la esclavitud asalariada.

Cuando hablamos de esclavitud asalariada no hay exageración. Es un hecho objetivo -por ejemplo- que no se pague el salario o que el mismo se limite a una pequeña suma repartida en varios meses, o que se reduzca un 50%. Otro hecho que lo grafica es verse obligado a sostenerse con changas u otros trabajos, después de su jornada en una empresa, aumentando con ello las horas laborales. Otro hecho es trabajar más horas dentro de la misma empresa solo para conservar el trabajo y sin compensación salarial.

En la consigna del gobierno de Milei “viva la libertad carajo”, el capital encuentra la justificación para incrementar la esclavitud del proletariado y -junto con ello- sus ganancias.

De allí que las reformas laborales y las condiciones de flexibilidad ya se implementen bajo las mismas premisas, aunque sean aplicadas en diferentes empresas y diferentes tipos de trabajos, ya sea industriales o de servicios.

Su táctica es renegar de las conquistas laborales y crear las condiciones para establecer un marco de legalidad (Ley Bases) que justifique su libertad de explotación y todas las aberraciones de clase que contiene esta “libertad” que ofrece Milei y su casta.

Águila Dorada Bis y Capital del Monte son dos empresas de transporte de pasajeros de larga distancia y como tantas otras expresan esta cruenta realidad en la que el capital expone sin tapujos su asquerosa y putrefacta conducta de clase frente a los trabajadores.

Los choferes no tienen descansos pertinentes. No se pagan las horas extras y menos los feriados. Lo peor es que es obligatorio trabajar feriados y extras, es decir: no es opcional. El pago de viáticos que corresponde a todo el personal de boletería, administrativos, taller y lavaderos, sólo lo cobran los choferes, pero es muchísimo menos de lo que deben pagar. Si sufren accidentes y quedan dañadas las unidades las reparaciones se las descuentan a los choferes. Se paga en negro una parte de los salarios de todo el personal y el aguinaldo que perciben esta computado solo de la parte en blanco del salario. No tienen vacaciones. Todo el personal de limpieza y mantenimiento duerme y vive en los lugares de trabajo y están en negro.

La tristemente célebre y corrompida representación sindical no dice ni mu…de todo ello.

El pleno acuerdo con estas condiciones la UTA aporta y pacta solo dos delegados para ambas empresas. O sea, uno por Águila Dorada Bis y otro por Capital del Monte.

Aunque funcionen como empresas separadas la intervención de estos supuestos representantes de los trabajadores en situaciones de conflicto es al unísono. Es decir: cierran filas. Si bien uno está en la cabecera de Buenos Aires y otro en la cabecera de Clorinda (provincia de Formosa) están enteramente subordinados a la misma patronal dueña de las dos empresas, actuando como un control policíaco entre cabecera y cabecera.

Hay demandas y reclamos constantes de parte de las y los trabajadores por todo esto, pero las maniobras y mentiras tan propias de estos tipos buscan evadir y ocultar un escenario de resistencia que se les escurre.

Los trabajadores ya saben que las cartas documento, las demandas y denuncias escritas por ellos jamás llegan a la empresa. Porque su domicilio legal es un lugar inhabitado -casa de un familiar directo de los dueños-. Saben que si las demandas se tramitan por medio de UTA la inmediata buchoneada a los empresarios se deja ver en las amenazas y agresiones de los delegados a los trabajadores intentando imponer el miedo. Saben que bajo todas estas condiciones su dignidad es letra muerta.

Como queda claro en empresas como Manaos, o en Ternuim -donde se les plantaron a la UOM y a la propia multinacional-  o en otras, se amparan en los derechos individuales de una minúscula estructura de parásitos y explotadores que vive a costa del trabajo esclavizado de la clase que produce sus ganancias. Pero cuando la acción colectiva de base de las y los trabajadores se expresa mayoritariamente en enfrentamiento se quiebra este andamiaje, se complican sus planes, se caen sus engaños y se avanza en ir por la transformación de estas nefastas condiciones de trabajo.

Es decir: se gana en libertades políticas en desmedro de las libertades burguesas que son sinónimo de opresión laboral y social.

No hay día que pase sin que salten conflictos y enfrentamientos abiertos en fábricas y empresas, donde el proletariado desnuda -con su acción colectiva- las condiciones de explotación y esclavitud.

Es decir: las atrocidades, las mentiras, los negocios, las trampas, los engaños, los hostigamientos, los pormenores de los negociados con las dirigencias sindicales y -por supuesto- la violencia explícita que todo ello implica y que la propia clase obrera harta de sufrirla en carne propia no está dispuesta a seguir soportando.

Las políticas de disciplinamiento de toda la clase burguesa se ven acosadas por la acción política independiente que desde el seno de cada lugar de trabajo se multiplica diciendo ¡basta de opresión! Y ¡basta de injusticias! Es hora de enfrentar esta “libertad” sujeta a las cadenas de la esclavitud capitalista.

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