¿“Puesta en escena” o reflejo de la lucha de clases?


Y salió la Bullrich a aclarar que Trump no dijo lo que dijo… Que se refería a las elecciones del 2027, dijo. Francos, jefe de gabinete es cuestionado por EEUU por sus más de 50 encuentros con funcionarios y empresas chinas entre ellas:  Gezhouba Group y Ganfeng Lithium. A las horas aparece un tuit de Trump al que habría que decirle “amigo: no aclare que oscurece”…

Así y todo, Milei aseguró que su “amigo” lo apoyará si le va bien en las próximas elecciones.

El “mercado” va por un carril, los intereses del proletariado por otro. Lo curioso es que hay una imposibilidad de la unidad política que se requiere para las próximas medidas de ajuste, lo cual está plasmado en los cuatro renglones al inicio de la nota. Y no sólo hablamos del gobierno, en una mirada más amplia es la burguesía monopolista que no puede encontrar un camino político sin fisuras.

El FMI ha fruncido el ceño, Argentina, deudora recibe dólares que le “salen por las orejas” pero cada vez salta a la vista que esa masa de dinero significa garantía para bonistas y fondos de inversión de gran porte como Black Rock.

Mientras esta puesta en escena se daba en el marco de un Trump exultante, pero sin premio Nobel con la firma del “acuerdo” de alto el fuego e intercambio de rehenes, la crisis política de la burguesía planetaria no descansa.

Trump y Milei saben que ayer hubo una huelga general en Grecia, que antes de ayer hubo un levantamiento de masas en Madagascar y también un Macrón que tuvo que tirar para atrás el ajuste a las pensiones. Cuenta en nuestro haber la pueblada de ayer en Villa Río Bermejito, provincia del Chaco, como un antecedente y advertencia para todo el poder burgués.

La burguesía monopolista en nuestro país entiende muy bien la lucha de clases, arrebatan todo lo que pueden, pero los números cierran solo para unos pocos.

La mesa de las familias trabajadoras y de todos los oprimidos está muy golpeada. Hay bronca y dolor, han tocado nuestra dignidad. Como nunca, la anarquía del sistema capitalista ha llegado a tanto.

Los pueblos del mundo se siguen expresando y lo hacen como pueden. El nuestro no es ni será la excepción. Hay una fuerte presencia de explosiones sociales que sacuden el planeta, muchas de ellas con fuerte contenido espontáneo. Sin embargo, hay ejemplos de explosiones que en su mayoría han tenido antecedentes de acumulación de fuerzas políticas de “saber lo que no se quiere” y comenzar a asimilar el profundo significado de una vida digna.

En nuestro país hay una acumulación política naciente en el proletariado. La clase obrera se va incorporando como clase en la disputa de clase contra clase, un proceso que tiene mucho que ver con la vieja historia de lucha y con lo nuevo de este fenómeno que poco se hace ver pero que sí se hace sentir a la hora de la lucha política.

Las explosiones sociales no son ni serán las mismas en ninguna parte del mundo. No negamos que tendrán mucho de lo viejo y de cómo la burguesía intentará apropiarse de la sangre derramada. Pero el fenómeno de luchar por una vida digna conlleva el embrionario protagonismo de la clase obrera. No solo en nuestro país, ayer en Grecia se expresó con una huelga general contra medidas de ajuste planetario con acatamiento masivo.

Las llamadas revueltas de la generación Z que se vienen contagiando semana tras semana no son ni más ni menos que enfrentamientos de clase por reivindicaciones políticas y económicas del más variado contenido.

Los pueblos, y la clase obrera en particular, quieren y deben golpear y lo hacen como pueden.

Lo cierto es que este fenómeno adquiere dimensiones mayúsculas cuando contabilizamos las masas movilizadas en todos los continentes.

La fotografía en “blanco y negro” de Trump y Milei del día de ayer está sustentada en el verdadero colorido que da lucha de clases. La pueblada de Villa Río Bermejito así lo reafirma.

Las próximas elecciones pueden ser consideradas por parte de las masas como una herramienta para golpear, al igual que el abstencionismo. Pero el verdadero cansancio se seguirá expresando en la calle, en la rebeldía, en traspasar todas las barreras que imponga la institucionalidad burguesa.

Profundizar la ruptura con esa institucionalidad requiere ir amasando la nueva institucionalidad. Y en ello seguimos bregando con el carácter de una Democracia Directa que ya nuestra clase la viene desplegando embrionariamente en importantes conflictos, aunque aún la misma no se la eleva como revolucionaria y como una de las bases de un nuevo poder proletario.

Hay que profundizar el aspecto consciente de lo que las masas y nuestra clase vienen haciendo. No se trata ya solo de la lucha económica en la cual nos quiere embretar la institucionalidad burguesa, se trata de la lucha esencialmente política del proletariado que tire por la borda el sostén ideológico que dominó el escenario por más de 4 décadas.

Las ideas revolucionarias dejan de ser “idealistas” -como bregaron en épocas de globalización y de derrotas de la clase obrera-. Por el contrario, cada vez más aparecen NECESIDADES y “CAPRICHOS” de la historia en donde la búsqueda de respuestas crece a diario. Y es allí en donde las y los revolucionarios deberemos reafirmar una y otra vez lo que hemos sostenido en épocas difíciles y de derrota.

La lucha cotidiana y la lucha por una nueva sociedad están íntimamente relacionadas, y a ello es a lo que le teme la institucionalidad burguesa. Saben que por arriba sus crisis políticas dejaron de ser pasajeras y pasaron a ser estructurales y es ese factor por el cual seguiremos trabajando en presentar batalla. Para que se siga profundizando una alternativa de poder basada en la clase obrera y el pueblo movilizado enfrentando este plan de gobierno y todo plan de la burguesía monopolista que se presente.

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