Una reforma educativa medieval, pensada para los negocios

 

 

Hace varios días que se filtró el borrador de la Reforma Educativa que pretende llevar adelante el gobierno libertario. Se trata de la llamada Ley de Libertad Educativa, presentada en el Consejo de Mayo, el reducto de delincuentes legales que, al igual que el poder ejecutivo, no tienen ninguna legitimidad real. De aprobarse el proyecto, quedaría sin efecto la Ley de Educación Nacional del año 2006 y, en lo concreto, estaríamos hablando de un retroceso en la materia que nos transportaría, en un imaginario túnel del tiempo, a la Argentina de mediados del siglo XIX. Lo cierto es que, detrás de las argumentaciones ideológicas (no menores, por cierto) y las declamaciones en nombre de “la libertad y el progreso”, hay un claro plan de vaciamiento de la educación pública y una intención de orientar los contenidos en función de las “necesidades productivas” (en el contexto actual de ajuste feroz y miseria generalizada, léase negocios para los grandes monopolios).

Vamos por partes, porque de hecho se trata de un Frankenstein educativo, si se lo puede llamar de alguna manera a este nefasto proyecto.

Primera cuestión: algo que se intentó, pero no pasó, la educación va a ser declarada actividad esencial. Es decir, prácticamente derogación del derecho a huelga (contemplado en la Constitución burguesa, la misma Constitución que supuestamente debe respetar este proyecto de ley). Sigamos. Se habilita el “homeschooling” es decir, iniciativa que habilita la educación en el hogar para toda la educación básica (la obligatoria) sin especificar la distribución de la carga horaria (que se reduce a 520 horas reloj para la educación inicial y a 720 para la primaria y la secundaria, marcando un importante retroceso con respecto al sistema actual), sosteniendo el argumento en que “la familia es el agente natural y primario de la educación de los hijos”. Y acá, hay total “libertad de cátedra”, dado que el Estado, que pasa a ser un subsidiario y no un garante de la educación pública y gratuita, no podrá intervenir en cuanto a los valores y proyectos de vida de las familias. Además, los establecimientos educativos podrán elaborar sus propios planes de estudio, con tal de que respeten los contenidos mínimos de las asignaturas en cuestión. Con lo cual la familia pasaría a ser el actor primario en materia educativa. Por supuesto, todo se organiza para que el Estado se corra literalmente y pase a tener una mínima intervención.

En suma, se trata de un plan educativo en clave de mercado en la medida en que se desfinancia y se desregula el sistema educativo, promoviendo directamente el control del mismo por el capital. De hecho, es interesante analizar cómo este proyecto se enlaza con la reforma laboral: el banco de horas se asemeja mucho al sistema de cumplimentar con horas que se pueden administrar como a la familia se le ocurra, ya no se trata de jornadas mínimas en el calendario escolar. Los alumnos solo deberían acreditar saberes (rindiendo exámenes en base a vaya uno a saber qué) presentándose en el establecimiento elegido para “cursar” una mínima porción de su trayectoria educativa. Y como cada establecimiento educativo puede presentar su propio plan de estudios, las familias “negocian” por así decir con el colegio (la empresa en la mayoría de los casos, dado que este sistema promueve el traspaso de matrícula a las escuelas privadas) así como el trabajador va a negociar con la empresa su “convenio” de trabajo. Similitudes que van en consonancia con el plan del gobierno de una Argentina para muy pocos, como en la soñada época que añora Javier Milei, a finales del siglo XIX, la Argentina potencia en la que el 90 % de la población pasaba hambre, y los trabajadores y el pueblo vivían hacinados y en condiciones insalubres por donde se las mire, y a merced de los patrones, terratenientes y dueños del gran capital.

Las cursadas en el hogar y la fuerte promoción del sistema híbrido de enseñanza, que alterna la presencialidad con la virtualidad, pone en jaque a las y los trabajadores docentes y no docentes del sistema educativo. Ya no serán necesarias tantas aulas, ni tantos maestros, profesores, secretarios y auxiliares. Ya está pasando, pero este cambio, si no hacemos algo para resistirlo y derrotarlo, amenaza seriamente miles y miles de puestos de trabajo.

Como si esto fuera poco, se sostiene la idea de las prácticas formativas en las empresas tanto para los estudiantes secundarios de último año (Nueva Escuela Secundaria en la Ciudad de Buenos Aires, para tomar un ejemplo). Pasemos en claro: mano de obra regalada para las empresas. Más precarización laboral.

Otro tema no menor es el de la enseñanza religiosa. El artículo 33 del proyecto dice lo siguiente: “Las jurisdicciones pueden ofrecer enseñanza religiosa confesional, optativa para los alumnos, en las instituciones de Educación Básica estatales fuera del horario escolar regular con docentes y programas aprobados por la autoridad religiosa correspondiente”. ¡¡Se habilita la enseñanza confesional en escuelas del Estado!! Parte del enjambre ideológico del gobierno libertario. Y además, promete más subsidios para las escuelas religiosas privadas. Parte de esa erogación saldrá seguramente de las exenciones impositivas destinadas a las grandes empresas. Por supuesto, la ESI (Educación Sexual Integral) bien, gracias.

Hay mucho para analizar acerca del tema, y seguramente hay cuestiones que no se conocen. Es interesante lo que plantea el artículo 73: “Las asignaciones otorgadas a las familias o alumnos mediante becas, vales educativos, créditos fiscales u otros instrumentos equivalentes, estarán orientadas a asegurar la libre elección de la institución educativa y la equidad en el acceso a propuestas diversas de aprendizaje”. Vuelve, digamos, la idea del voucher. Y como las empresas estarán habilitadas para financiar proyectos educativos (cualquiera, literalmente, podría ponerse una escuela) es claro que van a tener participación en la elaboración de contenidos, teniendo en cuenta que se garantizarán una cierta formación y mano de obra precarizada a futuro.

Otro tema candente: los directores de escuela podrán “seleccionar y proponer la contratación de personal docente y no docente”, según reza (expresión idiomática acorde al espíritu del mamotreto libertario) el artículo 97. Cambia totalmente la lógica de los concursos para cubrir cargos. Ahora, los directivos decidirán a su antojo.

Avancemos. En base a las ideas de “eficiencia y equidad”, también quieren meter mano en el presupuesto universitario. Además de suprimir la meta del 6 % del PBI para el financiamiento de la educación en general, en cuanto a las Universidades nacionales el gobierno libertario se propone que los aportes del Estado nacional serán redistribuidos en función de factores tales como número de matriculados, tipo de Carrera ofrecida, y lo que denominan carreras estratégicas. Es decir, muy probablemente haya carreras “no estratégicas” que tenderán a desaparecer. La autonomía universitaria, como dijimos antes: bien, gracias.

Se trata de un plan sistemático de vaciamiento de la educación pública y de una mercantilización de la educación en general. Claramente, las y los trabajadores y el pueblo necesitamos otro tipo de educación, y es imperante una reforma. Necesitamos una educación orientada a la satisfacción de las necesidades humanas y no a la ganancia de los grandes capitales. Una educación científica, laica, pública y gratuita, fuertemente vinculada con la esfera productiva, pero orientada a la satisfacción de aquellas necesidades y el bienestar del pueblo trabajador. En este momento, debemos organizar debates, charlas y asambleas en cada establecimiento educativo y plantarse para frenar y derrotar esta nueva intentona de este gobierno hambreador y represivo. Estas batallas no se ganan ni con los sindicatos (que brillan por su ausencia) ni en el Congreso (donde los “representantes” votan sistemáticamente las leyes que aplastan a la clase obrera y al pueblo). Estas batallas hay que librarlas en la calle y en los lugares donde trabajamos.

¡¡Derrotemos la reforma educativa!!

¡¡Derrotemos la reforma laboral!!

¡¡Afuera el gobierno de los monopolios, enemigo del pueblo!!

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