¿Acostumbrados al dolor? Absolutamente ¡NO!

 


El gobierno blanquea la inflación, “el nuevo mecanismo de flotación de las bandas cambiarias” es otro golpe al bolsillo de los asalariados.

Devaluación de la moneda implica profundizar el ataque al bolsillo de millones, la experiencia de nuestro pueblo así lo entiende a pesar de los embrollos explicativos que nos hacen para tapar el verdadero rostro de la medida.

Nos van a venir con números, estadísticas, justificaciones, etc., pero a la hora de sobrevivir en el abajo deberemos soportar aumentos como el de la carne y otros alimentos difíciles de sobrellevar.

Estos “buenos muchachos”, clase dominante, están un poco cebados y hablamos de toda la clase dominante, porque sus rencillas de poder y económicas, que no son pocas, se subordinan a la firme decisión de golpear al proletariado. Más explotación y opresión.

De este lado de la barricada deberemos enfrentar la “moderna” reforma laboral en el antes, durante y posterior “debate” parlamentario. El terreno del proletariado no son las instituciones de la burguesía, por el contrario, es el terreno de la verdadera disputa por abajo como bien desarrollábamos en la nota del día de ayer.

En este abajo y en estas circunstancias de la lucha de clases en resistencia, las y los revolucionarios entendemos que para destrabar la actual situación de referencias políticas del proletariado hay que elevar el grado de conciencia de clase, a la vez que se golpea a la burguesía con el permanente deterioro de derechos políticos y económicos a lo que nos tienen acostumbrados.

Cuando hablamos de elevar la conciencia de la clase estamos planteando -al menos y para este momento histórico- cuatro puntos sobresalientes:

1) Profundizar la idea de que la clase obrera debe organizarse como clase y como partido político para llevar a cabo su lucha, superando la espontaneidad individual o de la lucha economicista.

Este primer tema hay que abordarlo con audacia y con convicción ya que en ese debate político e ideológico radica una buena parte para avanzar en una acumulación de fuerzas revolucionarias.

Que la clase se debe organizar como clase es una clara afirmación de la inexistencia de una alianza de clases con la burguesía, a la cual nos han empujado por décadas. La construcción del PRT es parte de ese escollo a superar y persistir en ese proceso en las condiciones actuales implicará precisar con más claridad los planes revolucionarios en cada vez más compañeros y compañeras.

2) Multiplicar los tribunos políticos, es decir: compañeros y compañeras que estando en lo más profundo de la base sepan desplegar no solo la táctica política sino y sobre todo el para qué se lucha. Esa elevación del discurso político revolucionario responde directamente a una necesidad que viene de muy abajo y que muchas veces las propias avanzadas no palpitamos. El discurso debe ser directo, confiando en ese abajo sufriente que muchas veces espera y no encuentra respuesta.

Miles de tribunos, con o sin partido de la clase, elevando la conciencia de lo que efectivamente ya se hace desde una resistencia que se presenta con bronca.

3) Entender y nunca subestimar que la historia de lucha de clases es fundamental para asimilar el presente y proyectar el futuro. Décadas y décadas de conformación de nuestra clase y de nuestro proletariado no han pasado en vano. Es muy cierto que nos han pegado muy seriamente en lo ideológico y la clase obrera ha sentido el golpe. Aún, la clase no actúa como clase y eso es determinante entenderlo para cualquier plan político que se lleve a cabo, local o nacionalmente. Pero de allí a pensar que hay “tierra arrasada” sería un freno al despliegue de los puntos anteriores.

Ni la clase obrera, ni el proletariado ni el pueblo oprimido despiertan expectativas al plan del gobierno y de la clase dominante; hay confusión, es cierto, el reformismo y el populismo han hecho lo suyo para sostener a la burguesía en su constante engaño. Pero lo cierto es que a pesar de ello todo está en disputa y las y los revolucionarios alentamos la rebeldía al sistema y en ello le ponemos el fervor.

4)  Elevar la conciencia de clase y elevar la conciencia política es masificar el plan político de la clase para que esa gran masa de explotados y oprimidos tomen en sus manos la lucha cotidiana por los derechos políticos y económicos. Y a la vez se masifique la idea de la lucha por el poder para ir organizando y desatando fuerzas activas en ese enfrentamiento de clases.

Debemos hablar claro y actuar en cada lugar y momento coherentemente, a sabiendas que hay oídos receptores, ganas de pelear para algo. Entonces ese camino se irá afirmando a pesar de la existencia de pasos adelante y pasos atrás producto de cada enfrentamiento.

Tenemos que trabajar para que la clase obrera, el proletariado que comparten una posición económica en cuanto a la propiedad de los medios de producción sean conscientes de sus intereses comunes. A la vez, hay que profundizar el trabajo ideológico para concretar en diferentes planos una única voluntad política de clase que actúe contra su clase antagónica, dueña de los medios de producción, y se dirija a la lucha por poder.

 

 

 

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