Parece que nuestro “joven” ministro de economía no ha entendido muy bien, no quiere entender o no le conviene entender que detrás del escritorio no se puede detener la furia anarquista del mercado capitalista.
Estos señores hablan cómo si sus voluntades omnipotentes podrían poner paños fríos a una crisis política-económica tan profunda.
El efecto “tango” que sobrevoló la cumbre del CELAC, el aumento de tasas de interés en varios países del planeta caso de la Lira Turca, en Rusia y otros, son muestras de que el globalizado mundo capitalista es díscolo por donde se lo quiera mirar. Este muchachito sabe que la Argentina que ellos fogonean es parte inseparable de la oligarquía financiera internacional y lejos muy lejos está la realidad de que ellos son el ombligo del mundo para parar lo imparable.
No se trata ya solamente de meras “corrientes especulativas”, “ataques financieros” de “usuras indomables”, se trata definitivamente del sistema capitalista. Nuestro ministro se hace el distraído, mira para otro lado y con gestos bravucones lanza amenazas a los “especuladores”. El sistema capitalista es especulador, es su génesis y no hay “seño” fruncido que pueda parar lo desatado.
El ministro dio claras señales de especulación contra el pueblo y se nos ríe en la cara. Atacó el salario, licuó todo aumento salarial acordado y sobre la base de esa “solución de escritorio” y de un manifiesto voluntarismo contra el pueblo intenta retomar las riendas de la furia especulativa en el sistema.
Malas noticias ministro… A pesar de la verborragia de su “jefa” que en Cuba, la cuna del Che, se pavoneó hablando de los “pobres”, el aplastamiento del salario requerido por la clase dominante traerá consigo un nuevo ascenso en cantidad y calidad de la lucha de nuestra clase obrera y de nuestro pueblo.
¿Qué queremos decir con esto?
Que no solo la conflictividad irá creciendo, tema de debate en Davos nido de la oligarquía financiera planetaria, sino que ella en nuestro país desplegará con más intensidad metodologías de lucha revolucionaria con la que ha dejado atrás el año 2013.
El paro, la huelga, la toma de establecimientos, la organización independiente, la autodefensa, la solidaridad en la lucha, la unidad permitirán darle al movimiento obrero y al pueblo un protagonismo superior al que se ha presentado hasta ahora.
La lucha por el salario es la punta de lanza de otras reivindicaciones económicas y políticas, el caos en que nos ha impuesto la burguesía en la vida cotidiana no se lo está llevando de arriba, de alguna manera ellos quieren esconder que no pueden dar respuestas y aparecen ante la opinión pública “manejando” la situación.
La lucha de clases es la que los ha puesto en apuros no es en lo sustancial un “ataque” especulativo como nos dicen, la generalización de los reclamos con la gente en la calle desconfiando de la clase dominante en todos sus actos políticos nos les permite “aceitar” sus negocios como quisieran, no tienen ni tendrán la paz social que se requiere para caminar sin titubeos y vacilaciones ante el temor de una sociedad cada vez más rebelde a la dominación de la clase burguesa.
La anarquía que genera el sistema capitalista, señores economistas tiene su punto débil y ella es la lucha de clases la que ustedes ocultan con la manifiesta “colaboración” de sus ideólogos de todo pelaje.
Es una época histórica que los argentinos ya hemos vivido pero en una espiral ascendente, una época en donde las clases fogueadas en mil batallas no se darán tregua en un marco en donde lo nuevo de una sociedad no dejará de luchar por su futuro de respeto y dignidad y estará cada vez más presente y lo viejo, el sistema actual y dominante, con ropajes harapientos pero con el poder en sus manos intentará frenar el curso revolucionario de la historia.