No hace falta ser un sabio para darse en cuenta que en Argentina algo se está gestando. La indignación y la bronca están presentes en cada rincón de nuestra patria y motorizando cientos de luchas en donde aparecen las mejores tradiciones de combate de nuestra clase obrera pero también aspectos nuevos, revolucionarios, que alumbran el futuro. Las viejas formas de organización de los trabajadores, caducas, corrompidas por años, son descartadas totalmente o tomadas pero masificadas y dándole una significación totalmente distinta a la de los sindicatos entregadores. El cambio viene dado por la participación masiva y de base de los trabajadores a través de sus organizaciones más genuinas, las locales, las que están bien pegadas a la masa y su coordinación con otras hermanas. Así se va gestando un nuevo poder local que multiplicado a lo largo y ancho del país nos hacen imaginar un nuevo poder nacional en un nuevo estado revolucionario. En la organización de ese Estado para resolver los problemas del pueblo va a ser determinante la dirección de la clase obrera, y es ahí donde adquieren importancia las mejores expresiones de organización que esa clase se está dando en los grandes parques industriales que se encuentran diseminados por el país. Ésos son les gérmenes del poder obrero. Y la metodología de organización pasa a ser ya no un problema técnico sino eminentemente político porque atenta con todo lo viejo de la sociedad y anuncia lo nuevo.
A horas del paro nacional en que unas conducciones decrépitas y corruptas convocaban en función de sus intereses de camarilla y pretendiendo ser dueños de algo que no les pertenece, algunas de esas experiencias populares ya se perfilaban como protagonistas de la jornada.
La confusión ideológica pretende hacernos creer que “combativo” es el dirigente y si ocupa un puesto en la organización, combativo pasa a ser el sindicato, la comisión interna o la organización que sea. “Combativo” sería el que convoca o adhiere al paro. Pero esta visión de las cosas, tan típica de la izquierda reformista y tan caduca, que pone en el centro al individuo y subestima a las masas, queda obsoleta ante la participación masiva de los trabajadores. La masividad y las formas de democracia directa obrera son las que dan la “combatividad”.
Una experiencia: en el Parque Industrial de Pilar, tres grandes fábricas más o menos organizadas toman en sus manos la cuestión del paro y la discuten en asamblea todos los trabajadores en cada establecimiento. Y sale la adhesión a la medida de fuerza, coordinada entre las tres plantas y bloqueando los accesos al Parque Industrial. El paro, una cuestión de “agenda nacional” pasa a ser tema de discusión en el lugar de trabajo y se toma una decisión al respecto y se ejecuta. Ninguna de las cúpulas de los tres sindicatos (jabonero, gráfico y alimenticio) que nuclean a estas tres fábricas adhiere nacionalmente a la medida de fuerza. Sin embargo, tres fábricas importantísimas de sus gremios, se han declarado en rebeldía y activan en forma independiente ignorando y desafiando a sus dirigencias y, lo que es peor, saltando las divisiones gremiales y organizándose localmente. Masividad, democracia directa y construcción de poder local. Esto es verdaderamente “combativo”.
Por otro lado, un sector de logística enrolado en Camioneros adhiere al paro, pero la decisión baja de un Moyano enemistado con el gobierno, sin asamblea, sin movilización y haciendo de cuenta que al lado no trabaja nadie. De casa al trabajo y del trabajo a casa; y si hay paro, quedarse en casa y olvidarse de todo. Más de lo mismo, formas obsoletas de organización que van en contra del desarrollo, lo mismo da sea el color de la bandera, y lo progresista o de izquierda que se diga ser.
Entonces, ¿quién es el verdadero combativo? Hoy, en Argentina 2014, es quién logra construir la unidad con masividad y acción directa y democracia directa, humildemente desde abajo, de cada fábrica, cada sector, pero apuntando ya hacia la cuestión del poder, es quién tiene el orgullo de poder llamarse revolucionario.
En Pilar, por segunda vez pasa esto. Ya fue en el paro del 10 de abril y ahora se repite la experiencia hoy. Y esta experiencia, joven aún, incipiente, que busca ser distinta y que debe masificarse extendiéndose a todo el Parque Industrial, contiene mucho de todo lo nuevo y revolucionario que empieza a perfilarse en la lucha de nuestro pueblo.