Berni, el secretario de seguridad nacional, asistirá hoy a la ciudad de Rosario para reunirse con 50 secretarios generales de gremios de la zona.
La reunión fue concertada entre el mencionado funcionario y Caló, el secretario general de la CGT kirchnerista.
El paquete de regalo con el que fue vendida la reunión es la «discusión de los problemas de seguridad» que azotan a la ciudad de Rosario y la región. El obsequio trae incluido 2000 gendarmes que, según las informaciones de los medios, fueron solicitados por los gremios que estarán presentes en la reunión.
Los funcionarios municipales y provinciales, quienes se enteraron por los medios de la mencionada reunión, manifestaron su apoyo por la iniciativa y la llegada de los gendarmes.
Como se ve, entre «socialistas» y kirchneristas no existen diferencias sobre las metodologías a emplear cuando de «seguridad» se trata.
La pregunta es: ¿de qué seguridad se trata? Cuando el emperador y su corte se reunían para tratar la seguridad, lo hacían pensando en los esclavos. Nada bueno podían esperar éstos sobre lo que discutían quienes vivían a costa del trabajo de esa gran masa de productores.
Lo mismo ocurre hoy cuando se reúnen quienes sirven a los explotadores y generan todos los problemas de seguridad que sufre la población. El Estado sirve a la burguesía monopolista. Los funcionarios del Estado nacional, provincial y municipal están para cuidar los intereses de esa burguesía que expropia el esfuerzo y los recursos generados por los trabajadores explotados para beneficio exclusivo de su clase. El propio Estado sirve de pantalla para los negocios del narcotráfico, la trata de personas, la prostitución, el juego y el saqueo «legal» de toda la riqueza que produce la población laboriosa.
Ningún funcionario del Estado, ya sean estos gendarmes, policías, militares, prefectos, secretarios generales de los gremios pro patronales, miembros de los poderes ejecutivos, legislativos o judiciales, hará nada para cortar de raíz el origen del delito cual es la propia existencia de un sistema basado en el beneficio de unos pocos a costa del sufrimiento de las grandes mayorías.
La única receta que tienen entre manos es vaciar las calles aplicando el miedo y la represión, porque a lo que le temen y para lo cual están haciendo la reunión de Estado entre los miembros de la «seguridad» y los esbirros sindicales, es la movilización creciente de los trabajadores quienes se plantan ante las vueltas de tuerca del ajuste que necesita la burguesía monopolista para continuar con este sistema de explotación.
Es un secreto a voces que el próximo gobierno nacional, con el coro inestimable de los gobiernos provinciales y comunales, deberá aplicar esas nuevas vueltas en el ajuste contra los salarios e ingresos de los proletarios y pueblo laborioso, cosa que ya han comenzado las empresas que no están dispuestas a esperar ningún tiempo «político», como se dice habitualmente, porque la competencia por la obtención de sus ganancias no admite ningún minuto de ventaja.
Sólo para eso necesitan mayor cantidad de fuerzas de seguridad. En cuanto a los delitos que dicen que combatirán, los mismos no sólo seguirán sino que la presencia de dichas fuerzas aumentadas contribuirán a ocultarlos e incrementarlos y a intentar acallar al pueblo que sabe perfectamente quiénes son sus actores y sus cómplices.