Los que piensan que la clase obrera, los trabajadores y el pueblo son un rebaño de ovejas o, en el mejor de los casos, sólo espectadores y/o adherentes a una u otra política de las distintas facciones de la oligarquía financiera y tienen, como práctica, la política del “miedo”, hoy expresada en el “cuco” de los ’90, analizan, a partir del resultado electoral, que las clases populares, en nuestro país, están «para atrás”.
Para estos, desde los inicios del retorno a la democracia burguesa aquí no ha pasado nada en el ámbito de la lucha de las clases y la correlación de fuerzas entre el pueblo todo y la clase dominante.
Omiten el contexto histórico y político de los ’90 en que fue posible el desarrollo de las políticas de la llamada “modernización” del Estado, las privatizaciones y la flexibilización laboral en función de los intereses de la burguesía monopolista.
En esos años la burguesía, a través del engaño, impuso su dominación en el terreno ideológico y logró el consenso político para llevar adelante sus antipopulares medidas. En este contexto, la clase obrera aislada del resto del pueblo, en soledad, presentó una prolongada y heroica resistencia que abrió las primeras fisuras de un gran surco que hoy, agigantado, divide al pueblo de la burguesía monopolista.
Desde entonces, “mucha agua ha corrido bajo el puente” y nuestra clase obrera y nuestro pueblo han producido grandes hitos en el terreno de la confrontación clasista – largamente tratados en esta página- desarrollando la autoconvocatoria y la democracia directa que abren camino a la posibilidad cierta del camino a la revolución social y al cambio de la correlación de fuerzas políticas a favor de las clases populares que han hecho retroceder a los dueños del poder, esta vez travestidos de populistas, en el terreno político, económico y social.
Pero para los subestimadores seriales, todo lo que genera el pueblo trabajador y todas las conquistas logradas, no han sido producto de la lucha sino de la “generosidad” burguesa.
Hoy la clase obrera en las cientos de luchas por el salario, por el bono de fin de año, por el rechazo a todo despido, en el avance en la organización independiente, reafirma su voluntad de lucha y de ir por más, y no teme al “cuco” de los ’90.
Hoy en la ciudad de Comodoro Rivadavia (Chubut) miles de trabajadores del petróleo junto a parte de la comunidad, se movilizan rechazando las amenazas de despidos de 3.000 trabajadores petroleros y avisan, a propios y ajenos, que no se pacta ni hay tregua para los que violentan los derechos de los trabajadores y proponen el ajuste como salvación del capitalismo.