Los planes de la oligarquía financiera de recomponer su tasa de ganancia global a través de la trasferencia de los ingresos de los trabajadores y el ajuste del gasto social y a la vez, restablecer el «orden» en las relaciones capitalista perdido desde el 2001 cuando el pueblo se llevó puesta la presunción y arrogancia oligárquica y comenzó, golpe a golpe, el camino de la conquistas económicas, políticas y sociales arrojando a toda la burguesía al pantano de la crisis política, llega a contramano de la dinámica de la lucha de clases populares que sostiene con firmeza la movilización y reafirma su tendencia a la constitución de organizaciones políticas-reivindicativas independientes del Estado.
Esto último, a la vez, constituye el rasgo sustancial de la lucha de todo el pueblo y en particular de la clase obrera.
Así lo confirman las luchas obreras y de los asalariados durante todo el año 2015 acentuadas en sus últimos meses donde se registran grandes luchas y conquistas. Allí está el reclamo generalizado del “bono de fin de año” destacándose la conquista por parte de camioneros ($ 12.000), aceiteros ($ 11.740), bancarios ($ 5.500) y centenares de establecimientos industriales, trabajadores provinciales y municipales de distintos puntos del país, cuyas autoridades debieron conceder frente a la presión de sus trabajadores.
Sumado a ello, el rechazo activo a los despidos que recorre el país, que ha obligado a la burguesía y sus gobiernos a dar pasos atrás como en el caso de Petroleros, Aceiteros, Cresta Roja, Dalmine Siderca, etc.
En lo que va del año, la lucha de clases ha producido un nuevo salto en la calidad de la movilización masiva de la clase obrera y la comunidad directamente afectadas por las políticas de burguesía monopolista.
Diez mil obreros petroleros junto al pueblo, en la ciudad de Comodoro Rivadavia (Chubut), se movilizaron en rechazo a las amenazas del despido de 3.000 trabajadores en una clara señal de que no se pacta ni hay tregua cuando los monopolios y su gobierno proponen el ajuste como salvación del capitalismo. Y en Córdoba, miles trabajadores estatales se movilizaron rechazando el recorte compulsivo de las jubilaciones impuesto por el gobierno y reclamando además reapertura de paritarias más un “bono navideño”.
Estos fenómenos generados desde el corazón de la clase obrera y el pueblo marcan los grandes trazos de las tendencias de todo el movimiento popular y preanuncian un año de duros enfrentamientos clasistas que profundizarán aún más la crisis política de la burguesía.
Este nuevo escenario que se avecina abre la posibilidad de ensanchar los caminos hacia los cambios sociales que todo el pueblo aspira y la consolidación de las herramientas que apunten a la construcción del nuevo poder. Es por esto que la tarea central de los revolucionarios es promover, desde la movilización, la organización independiente de los trabajadores y el pueblo y su unidad y, desde allí, el desarrollo del proyecto político revolucionario liberador. Solo así se estará a la altura de esta historia.