El anuncio hecho por el presidente Macri, el nuevo títere de los monopolios, sobre el decreto para el impuesto a la ganancia, se constituyen en un nuevo saqueo a los trabajadores. El sistema trata de llevar confusión a la opinión pública, a través de los medios de comunicación, embarullando con cifras y dando por sentado resultados, hasta matemáticos, que se transforman en una burda mentira para atenuar el impacto, subestimando la inteligencia y capacidad de nuestro pueblo.
La nueva base tributaria del mínimo no imponible, lejos de ser de $30.000.- como afirman, es de $ 18.800.-. Además, al eliminar el Decreto 1242/13 1.500.000 trabajadores y jubilados que eran alcanzados por tal decreto, a partir de ahora pagan ganancias (a la fecha no pagaban ganancia aquellos que al 31 de agosto del 2013 no superaran los $ 15.000.- bruto, más allá de recomposiciones salariales posteriores por inflación). A partir de ahora, este millón y medio de personas pasa a pagar ganancias. Y si se toma en cuenta el proceso inflacionario y las conquistas de recomposición salarial, sumado a los nuevos empleos del 2013 a esta fecha, todo indica que la cifra alcanzada sería mayor. A esto sumémosle el millón de trabajadores que ya estaba pagando.
Y de los 180.000 beneficiados que hablan, es otra falacia, porque pagarán menos sólo por unos meses pero en definitiva siguen tributando. Pues si a todo esto le agregamos las nuevas discusiones paritarias con los nuevos aumentos (aparte de las cifras ya señaladas) muchos nuevos trabajadores serán alcanzados por el impuesto. Y los que ya lo hacían, o comienzan a tributar ahora, pagarán más aún porque las escalas no han sido modificadas.
Todo lo demás que afirman políticos y politólogos, economistas, sindicalistas, periodistas, columnistas, etc., es para embarrar la cancha, confundir y tapar en última instancia que ahora ganancias se paga a partir de los $ 18.800.- pesos de bolsillo.
Pero esto trae un telón de fondo tramposo y leguleyo, una maniobra de la burguesía para extorsionar y, de hecho, reducir lo más que puedan los reclamos salariales ante las nuevas paritarias, abrirle a la discusión salarial un nuevo frente de confrontación y hacer contrapesar una medida (ganancias) para condicionar a la otra (paritarias). Con estos anuncios, cualquier porcentaje que se obtenga de aumento salarial, hay que descontar, por lo menos un 10% de aquellos que alcanzan ganancias a partir de los $ 18.800.-.
Estas son todas maniobras que, como venimos afirmando desde antes de las elecciones, que gane quien gane el plan central era reducir la masa salarial, más allá de los discursos de campaña que, como ya sabemos, prometían el oro y el moro. Ahora salen con esta medida en un contexto de torpezas políticas donde tendrán que sostener semejante provocación.
A la eliminación de ganancias a la megaminería hace apenas unos días (otra cachetada y afrenta al pueblo argentino más) debemos agregarle el protocolo de seguridad. Es decir, mostrándonos a un pequeño tirano haciéndose el cocorito para que le den los números de la ganancia a la oligarquía financiera, pretendiendo amedrentar a la clase obrera y el pueblo si intentan salir a probar fuerzas ante las medidas anti populares.
Este es el claro intento de este nuevo gobierno (que ya es más que viejo) de buscar un atajo e intentar sortear la crisis del capitalismo comiéndose el elefante de un solo bocado. La intencionalidad de pretender tomar atajos para reducir la masa salarial en el marco de la debilidad política que ya tiene este gobierno y la burguesía, con un parlamento totalmente desprestigiado que aspiraba a alinearse para dar gobernabilidad en el debut de esta nueva etapa, hoy vuelve a encontrarse en la encrucijada de la presión y el hartazgo de las masas, lo cual terminará fragmentándolo aún más y metiendo en un pozo sin salida la democracia burguesa de la que tanto se llenan la boca.
La manifestación inmediata de poner un techo paritario del 25% y no homologar el acuerdo que ellos mismos habían arreglado de casi el 40%, lo único que logró es que el inminente estallido de la huelga docente encuentre la más amplia adhesión de todo el pueblo argentino. Una huelga que a todas luces se presenta con grandes posibilidades de triunfo, más allá del papel que jueguen los sindicalistas. Y simultáneamente, y después de esto, todo lo que se vendrá.
La declaración de guerra de este gobierno tendrá una respuesta en los próximos días de enfrentamiento de nuestra clase obrera y el pueblo que llevará al abismo de una ingobernabilidad a este gobierno y a toda la súper estructura política de la burguesía, todo será muy difícil para ellos, ya que no pueden llevar a cabo las medidas que ellos quisieran.
Pero no alcanza sólo con poner en jaque al gobierno y a toda la burguesía. Es menester que desde el ejercicio del enfrentamiento y de la movilización se incremente aún más la organización por abajo que destierre los sindicatos traidores que tanto han colaborado para permitirle y ayudar a los monopolios a implementar políticas de mayor explotación y sufrimiento a todos los trabajadores y el pueblo argentino.