Una parte de los pueblos del mundo es desangrado por las guerras de las distintas facciones imperialistas, producto, en parte, de las disputas por los recursos energéticos que ellos llaman “crisis del petróleo”. El correlato de esta disputa se ha instalado en nuestro país, donde, como es habitual, la solución “a la criolla” es subsidiar con recursos del Estado –entiéndase por los recursos de generados por el trabajo de todo el pueblo- para garantizar las siderales ganancias de la oligarquía financiera.
Las políticas del Estado y el gobierno de los monopolios, generan cotidianamente “noticias” de carácter reaccionario y entreguista de la cada día más concentrada burguesía, que ha tomado por asalto el poder y desde allí oprime y explota a nuestro pueblo.
En el día de hoy, miles de trabajadores en nuestra Patagonia petrolera han entrado en el “plan de suspensiones” acordado entre el gobierno, las petroleras y sus “gerencias sindicales”, por el cual cobraran, a cargo del Estado, el 50% del salario básico mientras duren las suspensiones, -que por cierto alcanzan magramente para pagar los alquileres y algo de el sustento familiar – y ni hablar de las consecuencias sociales y económicas de los pueblos que viven de la actividades hidrocarburíferas.
Al mismo tiempo que los pueblos petroleros son duramente castigados por los que durante una década “se la llevaron con pala”, las operadoras reducen la actividad extractiva, “bajan” los equipos de perforación y reciben 10 dólares de subsidio por barril que vaya a la exportación, y recibirán –dependiendo la calidad- hasta 72 dólares por barril para el consumo interno. En esto último radica el porqué nuestro país tenga uno del los precios mas altos del mundo para los combustibles.
Todo este festival de subsidios significa 8.000 millones de dólares, que de un saque son trasferidos a la burguesía para que se lleven del país nuestros recursos gratis.
Pero aquí no termina la cosa. En los últimos días ha arribado un barco cargado con 1,000,000 de barriles de petróleo nigeriano, importado por las petroleras Shell, Axion Energy, Petrobras y Oil, en acuerdos con el gobierno, a un precio u$s 33 el barril, como lo hacen YPF y las grandes refinadoras. Que importan el petróleo a u$s 33 y venden el refinado, naftas, gasoil, etc., en las estaciones de servicios como si el crudo los compran u$s 67,50…
Y así, mientras todo el pueblo sufre las consecuencias depredadoras, expropiadoras de la oligarquía financiera, se hacen públicas las escandalosas “cláusulas secretas” del contrato con Chevron y los exponentes de la “modernidad progresistas”, reclaman a las instituciones del Estado oligárquico “transparencia” y mayor participación parlamentaria y su conducta “subversiva” termina en el reclamo de un espacio en el poder de los monopolios.
El pueblo y la clase obrera continúan por el camino de los ensayos, en la construcción de sus herramientas de poder, que les permita terminar con la lacra que para la humanidad, es el capitalismo y su burguesía.