Todo sonrisas entre Macri, Cavalieri, Martínez, Lingeri, Caló y Rodríguez…
En un nuevo intento por comprar voluntades de la dirigencia sindical al servicio de los monopolios, el gobierno de Macri ha otorgado una suma millonaria a los gremios. La misma fue anunciada con bombos y platillos en el Salón Blanco de la Casa Rosada el pasado martes 2 de agosto. Se trata de 30.000 millones de pesos en concepto de “pagos de deudas históricas” con las obras sociales sindicales.
Debatir si esto corresponde o no a los trabajadores sería una obviedad, porque es parte de lo que generamos con nuestro trabajo, que es y ha sido apropiado permanentemente por el Estado burgués. Todo nos pertenece como clase, todo lo generamos nosotros.
De lo que se trata, es que esa enorme masa de dinero irá a parar a manos de un sindicalismo que –justamente- lo que menos hace y ha hecho es ocuparse de los trabajadores. No sólo no nos representan sino que funcionan como una gerencia más de los monopolios, persiguiendo, amedrentando, dividiendo, trabando y posponiendo cualquier reclamo genuino que surja desde las bases. Son una verdadera lacra enemiga de los trabajadores, eso ya se sabe.
Cada lucha que rompe el cerco de la burguesía, que aflora por algún medio masivo, no es por la acción de estos delincuentes sentados en primera fila de la Casa de Gobierno haciendo de prolija platea de Macri, sino por la presión y la decisión que ejercen los trabajadores desde abajo, obligándolos, empujándolos a que hagan algo, y en algunas experiencias, hasta expulsándolos del movimiento obrero, lugar al que no pertenecen hace rato. Cabe aclarar que lo “otorgado” a los gremios no alcanza ni el 3% de “la deuda” que históricamente el Estado burgués tiene con las Obras Sociales…
Por eso estamos convencidos que esta “dádiva PRO” no ocurre en cualquier momento, al contrario. Se da en una situación muy particular de la lucha de clases en nuestro país, en donde cada fábrica y cada centro de trabajo son un verdadero hervidero; los reclamos y las luchas no cesan, porque el poder adquisitivo del salario ha sido destrozado por la galopante inflación y por el aumento descomunal de todos los precios.
Eso sí, en lo que notablemente se destacan los dirigentes sindicales es en darse vuelta como una media… Las vergonzantes palabras de Antonio Caló (UOM), reflejan quizás parte de lo que decimos: “Hoy, con el gobierno de Mauricio Macri, el movimiento obrero consiguió lo que no logramos en 12 años de kirchnerismo”. Además, señaló que «Hablar de paro es muy prematuro. Es adelantarse mucho y hay que analizar el día a día. Es como cuando comienzan a caminar los chicos; se caen, se levantan y vuelven a caminar”…
Convencido del papel a que está llamada a jugar esta dirigencia, enteramente en beneficio de la burguesía, Caló cerraba la entrevista diciendo: «La cosa no está fácil pero vamos a acompañar para que el país salga adelante, no queremos poner piedras en el camino»… Toda una declaración de principios, el pez por la boca muere… ¿no?
Lo que les pesa a estos “señores”, los que no se les presenta fácil, es la lucha obrera. Lucha que no sólo no para sino que avanza y se recrudece, adquiriendo en muchos casos un carácter verdaderamente político, al cuestionarse elementos esenciales de la dominación burguesa.
Por otro lado, diversos sectores están poniendo hoy con mucha fuerza sobre la mesa, el reclamo por la reapertura de las paritarias (tema acordado inclusive en varias negociaciones a principio de año y -con el objetivo de patear la pelota para adelante- hasta “refrendado” por Triaca desde el Ministerio de Trabajo). Mientras esto ocurre, el Jefe de Gabinete (Marcos Peña) sale presuroso a decir que ni a palos el gobierno piensa reabrir la discusión salarial… La moneda está en el aire, como lo está el debate que intentan colarnos por la ventana respecto a los aumentos por “productividad o competitividad laboral”. Este es otro de los elementos que pretenden comenzar a hacer jugar como parte de “las reformas de segunda generación” (textual) que el gobierno burgués pretende implementar. Está claro que esta y otras “medidas” que han tirado a rodar por estos días desde algunos sectores de la burguesía, buscan seguir flexibilizando las condiciones de trabajo para garantizar el abaratamiento salarial.
Pero como lo hemos señalado infinidad de veces y no nos cansaremos de repetir: lo que marca la cancha de la burguesía y de todos sus secuaces es la lucha de clases. La marcada acción de los trabajadores, en ascenso con sus luchas, sus reclamos y sus organizaciones, es el claro indicador de que la lucha de clases va para adelante y no retrocede.
Por eso, los revolucionarios debemos continuar trabajado por fortalecer amplias organizaciones de trabajadores que cuenten con un enraizamiento en todo el frente de trabajo, desplegando las políticas revolucionarias y los planes, como la mejor herramienta para seguir construyendo un movimiento obrero revolucionario a la altura de lo que nuestro pueblo necesita.