En cada oportunidad que tiene, el presidente Macri no pierde la oportunidad de destacar “los logros” de este año de gestión que lleva su gobierno. Si hasta se puso “un ocho”, cuando le preguntaron por la nota. Por supuesto, nunca faltan los descargos y excusas “por la herencia recibida”, “la situación internacional” y algunos otros bla… bla…
Más aún, acercándonos a fin de año, se menciona el “saneamiento de las estadísticas”, “la calidad institucional”, “la estabilidad el dólar”, “las nuevas inversiones”, etc. Como puede observarse, cinismo es lo que sobra en las altas esferas del gobierno burgués.
Mientras el palabrerío politiquero ocupa las pantallas de la TV, se ocultan los números reales de la producción, tanto en la industria como en las materias primas y las exportaciones… porque lo que pretenden transmitir los monopolios a través de SU gobierno es que estamos en crisis, que hay que aguantar…
Pero –mal que les pese- el acto reflejo e inmediato que esto nos produce a los trabajadores, cuando cotejamos la vida real que padecemos con las cifras de la burguesía, es una tremenda indignación por el fabuloso saqueo de nuestras riquezas y la explotación del esfuerzo que generamos los trabajadores y el pueblo argentino.
Toda ese país “maravilloso” que estaría por venir y que vienen prometiendo desde hace un año: ¿qué tiene que ver con la desnutrición infantil y el hambre, con la falta de una vivienda digna para millones, con los pesares que sufrimos cada vez que necesitamos resolver un problema de salud o cuando nuestros hijos van a la escuela; con los impuestos que nos desangran y los tarifazos; con los salarios devaluados que nos pagan o con las cada vez más horas que debemos trabajar para tratar de arrimarnos a fin de mes?
En la respuesta a esta pregunta aparece lo absolutamente irracional e inhumano de este sistema: lo importante para todos ellos es la ganancia y el trasfondo son sus grandes negocios, NO NOSOTROS, el pueblo trabajador.
A ellos les podrá ir bien, muy bien, cada vez mejor con sus negocios, pero eso no es ninguna garantía de que nuestras condiciones de vida mejoren. Acá no hay derrame que valga. Por el contrario: si ellos ganan más es a costa de nuestro sacrificio y sufrimiento; por ende, a nosotros nos va a ir peor.
Por eso, el gobierno de los monopolios se hace el distraído y hace un absoluto silencio sobre la profundización de las injusticias sociales que este sistema reproduce, gobierne quien gobierne. Esa es la pudrición misma de este sistema.
El país que tenemos, las políticas que se aplican en nuestra contra, es el sistema impuesto por los monopolios transnacionales sostenido por toda su corte de políticos “oficialistas” y “opositores” – todos pertenecientes a una misma clase: la burguesía- que tantos pesares nos traen a millones de argentinos.
Pero, contrariamente a lo que ustedes esperan como clase y como sostenedores de este sistema capitalista inmundo, la superexplotación y la miseria no generan sumisión, miedo o amedrentamiento. Sólo provocan una mayor indignación y más desprecio político hacia todos ustedes.
Por eso, desde la más profunda base de nuestro pueblo, respondemos con mayores movilizaciones y luchas; contra la burguesía como clase y contra todas las políticas que sostuvieron o sostienen este sistema.