Mientras nuestro presidente reúne a su gabinete tras su prolongada estadía de “descanso” y advierte que lo que está haciendo falta es propagandizar con mayor ímpetu que las cosas están saliendo bien.
Parece que este “buen hombre” no ha recibido las boletas de luz y gas entre otras tantas, que no ha ido a comprar frutas, verduras, carnes etc. Sí ha entendido que hacer un poquito de populismo no le viene mal. Del otro lado del Parlamento por el contrario los voceros clásicos del populismo han aprendido que tanto populismo no cae bien y votan medidas “neoliberales”.
La biblia y el calefón.
Si bien aún pesa mucho el juego electoral y en ello juega la frase hecha de “la grieta” la credibilidad a los políticos como siempre decimos es prácticamente nula. Pero lo cierto es que los vacíos políticos de propuestas siempre se cubren, unas veces con más “populismo” otras con más “neo liberalismo”.
Sin embargo nuestro pueblo viene haciendo experiencia política y a pesar del peso ideológico que conlleva esa disputa de intereses monopólicos los tiempos no son los de antes.
La puja entre intereses de la clase dominante en el mundo es lo que domina la escena en el sistema capitalista, nuestro país no está al margen de tal situación y los Macri, las Vidal, Las Kirshner, los Masa, los Duhalde etc. lo saben. Las administraciones como nunca antes en la historia de nuestro país están obligadas a llevar adelante las políticas de monopolios que tienen un PBI varias veces superiores al nuestro. El Estado es patrimonio de monopolios que lo disputan para desde allí votar leyes como la reforma previsional.
En la crisis del 30 del siglo pasado, la constante aparición de golpes de Estado, períodos democráticos breves expresaban aún un liberalismo-populismo propio de la existencia de un Capitalismo de Estado, es decir una época en donde la burguesía nacional tenía la posibilidad concreta de tener un proyecto propio. Burguesía al fin, ambas tenían una base de intereses materiales para expresarse políticamente como liberales o populistas. Ambas sostenedoras del sistema capitalista. Con la Caída de Perón en el 55 comenzó un proceso muy largo en donde los monopolios se fueron apoderando del Estado, lo hicieron a sangre y fuego, siempre la lucha de clases en nuestro país tuvo que ser tomada en cuenta por cualquier vertiente de la burguesía.
Desde ese momento histórico la base material del Estado comenzó a debilitar la posibilidad de una salida Neo liberal o populista de vieja data, la burguesía encontró el camino ideológico para golpear cualquier proyecto político revolucionario y su posibilidad a desarrollarse utilizando neo liberalismo- populismo como contradicción fundamental.
Pero lo determinante es la lucha de clases y aunque en lo ideológico la clase dominante persevera en el engaño de una falsa contradicción para controlar el Estado, en lo político hace agua desde el mismo momento del Golpe del 55.
El gobierno de Macri es un gobierno de un sector de los monopolios que intenta subordinar al resto de la burguesía monopolista y en ello si tiene que hacer “populismo” lo hace y si tiene que hacer “neo liberalismo lo hace. El problema que atraviesa ésta administración es la clase obrera y el pueblo y el problema para la oposición parlamentaria es el mismo. Para ellos lo fundamental es la necesidad de apoderase del Estado para dirimir sus intereses, para la clase obrera y el pueblo luchar por el poder para construir un nuevo Estado de la clase obrera y el pueblo.
Bajo este concepto tenemos que combatir la ideología burguesa que impone en las urnas el mal menor. Cada gobierno que pasa es una experiencia más para nuestro pueblo, eso es bueno pero no suficiente, la lucha ideológica contra lo que representa la contradicción neo liberalismo- populismo tiene que ser abierta y clara, ambas son más capitalismo en un sistema globalizado en donde su base material es endeble y prácticamente inexistente. Reiteramos, por un lado en lo ideológico lo sostienen y eso es peligroso, por derecha y por izquierda esconden el sistema capitalista causante de los disparates que vivimos y por el otro en lo político, su eslabón estructuralmente débil a ojos vista que navegan en mares tormentosos.
Es allí en donde los revolucionarios no podemos perder de vista el norte, conocer a fondo ese eslabón débil y entrar por esa veta que permita quebrar la ideología burguesa como única alternativa.
¿Cual es ese eslabón más débil en lo político que tienen? la propuesta de más democracia burguesa y representativa que tiñe todo lo que la burguesía monopolista hace con instrumentos institucionales rechazados por la gran mayoría del pueblo.
Al ser ese un eslabón débil los revolucionarios tenemos que quebrarlo haciendo consciente que los caminos de democracia directa que nuestra clase obrera y el pueblo están experimentando son la columna vertebral de la propuesta de salida política para nuestro pueblo. Insistir una y mil veces que desde ese plano político elevamos la conciencia revolucionaria de nuestro pueblo. No importa aún si en todo lo hecho todas las fuerzas ya concretas estamos unidas para golpear más centralizadas, nos iremos encontrando como está sucediendo en cada fábrica, en cada barrio, en cada lugar concreto en donde se los enfrente, pero lo más importante de la etapa es elevar la propuesta política alternativa de democracia directa que de hecho unifique todo el movimiento ya dado para no dejarlos gobernar.