Una nueva marea interminable de rebeldía unirá hoy a miles y miles de mujeres… madres, hijas y abuelas… entrelazadas con su pueblo de forma indeleble sobre las calles y plazas de nuestro país, convirtiéndose en océano gigante que atraviesa cualquier tipo de barreras o divisiones que pretenda imponernos la burguesía.
El sistema capitalista ejerce violencia sobre toda la sociedad, y principalmente sobre las mujeres, que enarbolan hoy en el mundo entero muchísimos reclamos desoídos; movilizándose y organizándose, ese gran movimiento viene dando pasos agigantados como una experiencia de masas que trasciende fronteras y marca la cancha al poder dominante.
La violencia hacia las mujeres se expresa día a día en los puestos de trabajo al recibir menor salario que los hombres; transitando las calles con miedo, por la trata, los abusos o el acoso; oprimidas de hecho cuando infinidad de labores son consideradas como “obligación” femenina; o cuando todo el peso de la “la ley” de la propiedad privada cae sobre esos cuerpos y mentes, con el Estado y sus instituciones como ariete. El sistema es cómplice de tratar a las mujeres como mercancía y sus leyes lo sustentan
Es este sistema inhumano el que determina que -por la condición de género- las mujeres sean doblemente explotadas. Por un lado, extrae plusvalía y por el otro, impone múltiples limitaciones detrás de una de sus funestas máscaras: el machismo.
Por eso sostenemos que toda violencia contra las mujeres NO es un problema sólo de las mujeres. La salida de esta opresión violenta e inhibidora, a un desarrollo pleno como pueblo, solo será posible, cuando mujeres, hombres seamos libres en armonía con la naturaleza.
Y nuestro pueblo expresa nuevamente hoy su disposición a continuar dando pasos de gigante en este sentido.
Cada vez somos más los que nos comprometemos de una manera consciente y comprometida en los procesos que buscan revertir la explotación y la opresión del sistema, buscando un cambio revolucionario.
En ese marco, hay un enorme movimiento de mujeres que hoy dice presente en las calles, que habla, que grita, que protesta y no calla lo que tiene que decir, lo que piensa, lo que siente, lo que quiere.
Una vida digna y una vida igual de digna para su clase, sus hijos, su compañero, sus pares.
Como señalamos en el volante que nuestro Partido difundirá hoy en las distintas movilizaciones que se están dando en diferentes rincones del país:
“Desde las bases, las trabajadoras junto a nuestros compañeros, lejos de dividirnos, damos batalla, conquistamos derechos y nuevas formas de organización. Esta es la base material para unirnos como pueblo en la resolución de los problemas que sufrimos las mujeres. Lo que padece una trabajadora es reflejo del perverso sistema capitalista.
El dolor social que genera la violencia que padecemos tiene una salida: la construcción de un proyecto revolucionario que se plante como alternativa de poder. Organizándonos para transformar esta sociedad, iremos encontrando también las respuestas a la violencia de género. Sólo en un sistema que ponga a la Humanidad y la naturaleza sobre las ganancias, las mujeres alcanzaremos la igualdad de derechos y libertades que necesitamos.
Estamos masivamente en la calle, todos, para mostrar que acá estamos, que luchamos y nos organizamos para pelear por un mundo más justo”.