“Queremos a los delegados que nosotros elegimos, no los que nos vienen a imponer”, dijo Fabián Zuñiga, un trabajador petrolero.
La frase resuena en medio del conflicto que los trabajadores de las contratistas llevan a cabo en la provincia de Santa Cruz por el pago de salarios atrasados. (Ver nota del domingo 19-06-2011 en esta misma página).
En dicha nota destacábamos la actitud ofensiva de los obreros petroleros la cual se agrega a los cientos de conflictos que a diario se desatan a lo largo y ancho de todo el territorio nacional.
Es que la lucha por las conquistas económicas se mueve en forma simultánea con la aparición de los nuevos referentes de esas luchas. Ahora, ya no sólo son nuevos dirigentes que se destacan y que emergen del propio movimiento, sino que el movimiento no admite que su lugar sea ocupado por traidores, falsos profetas, o punteros designados a dedo.
Hasta ahora, hemos asistido a cientos de batallas en las que la clase obrera y los trabajadores en general, avanzan con sus luchas derribando las barreras que la burguesía intenta ponerles como freno y así se logran condiciones laborales y porcentajes de aumentos superiores a los que se intentan imponer desde los despachos de los monopolios, los sillones sindicales y las oficinas gubernamentales.
Muchas de esas luchas se llevaron puestos a esos falsos profetas, a los traidores y a los sirvientes de los monopolios quienes hacen hasta lo imposible por detener, desviar o mediatizar las luchas.
En ese camino, las masas han dado un paso más y comienza a darse el hecho de que la lucha por las conquistas no sólo logra desplazar a estos serviles sino que instala a los verdaderos dirigentes que comienzan a despuntar como expresión genuina de los trabajadores.
Estas vanguardias que surgen de las luchas son las que reconocen los trabajadores como sus verdaderas representantes, y ahora se van institucionalizando entre los trabajadores aunque la burguesía, el sindicato y los monopolios no las reconozca.
La instalación de estas dirigencias como los genuinos representantes de los trabajadores, está indisolublemente ligada a la conquista de las reivindicaciones. Es parte de una misma lucha y esa realidad es la que está fraguando en la actual situación de masas.
Las masas están dando un paso superior, ya no basta con lograr las conquistas con los dirigentes a la cabeza o con la cabeza de los dirigentes. Ahora comienza a institucionalizarse entre las masas la verdadera expresión de las vanguardias nacientes.
La legalidad de la nueva dirigencia, no se obtiene como producto de un acto administrativo de inscripción de candidatos o a dedo por virtud de la designación efectuada desde una cúpula sindical, desde la patronal o desde las estructuras gubernamentales.
La legalidad de esta nueva dirigencia se gana en la lucha, se corporiza en el corazón y en las mentes de los trabajadores movilizados y se impone como la voluntad indeclinable del movimiento revolucionario que conquista lo que aspira y necesita.
Hay una nueva legalidad que surge de la propia lucha de clases, desde abajo hacia arriba, y es lo que expresa un nuevo paso en ese camino, la fusión de las conquistas económicas con la aspiración democrática revolucionaria del movimiento de masas de contar con sus verdaderos representantes nacidos de la lucha.