La tremenda situación en que nos encontramos, plagada de incertidumbres en el futuro inmediato a pesar de las certezas que ya tenemos, de una devaluación del salario de por lo menos un 30%, una corrida de precios que no cesa y que profundiza más aun las privaciones de las necesidades básicas de millones de seres humanos, define categóricamente una catástrofe que profundiza el hambre y la miseria. Donde ni las cifras, ni las estadísticas rozan de cerca el sufrimiento y el pesar a la que está siendo sometido nuestro pueblo. Así no se puede vivir más.
Estos párrafos alcanzan y sobran para sintetizar, definir y describir contundentemente cómo está transcurriendo la cotidianidad en nuestro país que, si bien no es nada nuevo, la clase dominante continúa haciendo su fiesta, enriqueciéndose con miles de miles de millones de dólares a costa del sacrificio de la clase obrera y el pueblo. Utilizando el pretexto de una crisis que ellos mismos generaron como resultado de su fiesta. Y en esto, el gobierno de Macri como empleado y parte de la oligarquía financiera, hoy se constituye en el blanco que la mira de la lucha de nuestro pueblo tiene que apuntar y disparar: SE TIENE QUE IR YA.
Por supuesto que todo es más complejo y así lo hemos remarcado en nuestra posición respecto de la actual situación, donde de ninguna manera nos hacemos los distraídos del pacto de gobernabilidad que intenta a toda costa sostener el arco político de la burguesía monopolista en nuestro país, antes y después de las PASO. Lo que intenta a toda costa la superestructura política burguesa es –por un lado- que este gobierno termine su mandato, y por el otro, dejar el camino limpio al que venga y poder avanzar así en la “modernización” del Estado: léase reformas laboral, previsional y fiscal. Es decir, un ajuste estratégico que termine de tirar por la borda las conquistas que aún perduran para nuestro pueblo.
Pero la crisis política y económica del capitalismo en este tiempo histórico, sometida a los vaivenes de la lucha de clases, más las disputas intermonopólicas en su carrera loca de concentración de capital en cada vez menos manos, terminó generando un cóctel (como ya lo hemos vivido en otras etapas de nuestra historia) que hace de la vida de nuestro pueblo un verdadero infierno. Y que de ninguna manera puede estar más sometido a coyunturas electoralistas en lo político, o a especulaciones de tipo financiero para ver de qué manera más eficiente los grandes capitales emprenden su retirada coyuntural, coronando todas sus ganancias con un endeudamiento impagable, donde nuestro pueblo no vio un peso.
De la mano de esto, no tuvieron el más mínimo respeto constitucional (de su propia Constitución), violándola de manera flagrante e impúdica, lo cual los deja por fuera de la ley, siendo responsable directo el actual gobierno de Macri. Donde la complicidad de muchos (que serán arte y parte del próximo gobierno) es clara y manifiesta: “el dólar a 60 está bien”… Lo que es mucho más que una cifra, es un concepto y así lo afirmaría sin ningún pudor Alberto Fernández, dando una clara señal a los monopolios de que es y será parte de las reglas de juego impuestas.
Por eso, cuando reiteradamente nuestro partido plantea NO DEJARLOS GOBERNAR, está planteando que es la manera de condicionarlos para que el poder monopolista no se salga con las suyas. Y al no tener estabilidad política, más se les dificulta tomar medidas antipopulares y que nos lleven a la situación en donde estamos.
Se tiene que ir Macri ya. Por un lado, porque nuestro pueblo no tiene por qué esperar hasta octubre; y por otro, la caída de este gobierno antes de su mandato condicionará al gobierno entrante, que ya está condicionado porque el vuelco masivo en las urnas a su favor no fue por sus virtudes sino para que se vayan estos.
Ese hecho histórico, por cómo se dieron las elecciones, precipitaron los acontecimientos. Donde la especulación financiera tiene una retirada triunfal (en el aspecto de las ganancias) con toda la impunidad que les está facilitando el actual gobierno.
Reiteramos: nuestro partido plantea que Macri se tiene que ir ya, lo que terminará condicionando aún más la gobernabilidad del próximo gobierno. Nuestro pueblo ya vive descarnadamente un presente incierto. Con la caída de Macri se generarán mejores condiciones para frenar los planes de los monopolios que se plantean con el futuro gobierno.