En los últimos días hubo no menos de nueve medidas para “aliviar” el bolsillo de los “pobres”.
Esto -ni más ni menos- refleja la vida cotidiana de cualquier asalariado. Las patronales a la hora de las negociaciones salariales en cualquiera de sus formas nos apabullan de cifras, estadísticas, números, más números y el embrollo es de tal magnitud que aparece detrás de todo ello el poder del “convencimiento” patronal… sabiduría ancestral que poseen las clases dominantes.
Volvemos a nuestras casas y si el viaje es más o menos largo nos ponemos a pensar que algo no estuvo bien. No sabemos a ciencia cierta qué es lo que nos “embocaron”, pero al fin del recorrido ya sabemos que perdimos. Rápidamente sabemos que tenemos que volver a empezar, acomodarnos un poco y volver a la lucha en el sentido más amplio de la palabra, que incluye la lucha por la vida.
La prensa burguesa está en esa dinámica y entonces nos hablan que sacan el IVA, ponen el IVA, que la leche es un tanto por ciento, que el pan es otro, que habrá aumentos de salarios por decreto, que será con uno u otro tope, en fin… embrollo y más embrollo para ocultar el ajustazo desatado desde las PASO. Es decir, se niveló para abajo y se tomaron medidas para disfrazarlo.
Nuestro pueblo y nuestra clase obrera en días de carácter eminentemente festivos y de cierta aspiración de descanso vacacional está masticando este proceso gatopardista: todo cambia para que no cambie nada. Mucho barullo, pero la vida cotidiana sigue siendo áspera.
Este gobierno quiere esquivar el descontento de arrastre y en ese andarivel de pensamiento intentará arrebatarle al pueblo la lucha por las conquistas políticas y democráticas. Alberto Fernández ya se pronunció en favor de aborto. Sigilosamente ponen un pié en un tema tan sentido y con expresiones de este tenor intentarán aliviar el arrebato que se nos está haciendo para cumplimentar religiosamente con los pagos a la usura internacional.
En primer término sostendremos que la lucha por los derechos políticos y democráticos –se la dibuje como se la dibuje- es y será producto de la lucha y la organización de nuestro pueblo por abajo, en años y años de batallas supo y sabrá conquistar. En ello el compromiso de los revolucionarios se irá profundizando independientemente de las posturas que el poder burgués adopte.
Las luchas por los derechos políticos y la permanente movilización ayudarán e incrementarán el poder de fuego para todos los reclamos, de una lucha por la dignidad de la clase obrera y de todo el pueblo.
Es en este proceso de relativa calma circunstancial (ya se dieron movilizaciones como el caso de Mendoza contra la megaminería, la movilización en Santa Fe de los empleados estatales en contra del cronograma de pagos de sueldos de diciembre que extiende los mismos hasta la tercera semana de enero y en Chubut en contra también de la megaminería) que deberemos centrar el esfuerzo en que la clase obrera se transforme en abanderada de esa nueva ola de reclamos políticos democráticos, un desafío para que actúe como clase y en ello las avanzadas de la clase deberemos estar en primera fila.
No será una etapa fácil. Las mentiras a que nos tienen sometidos en estos días se acaban cuando vamos a comprar alimentos. Nos dieron un ajustazo con el cogobierno y ahora hacen política burguesa con nueve puntos “contra la pobreza”…
En este contexto la clase obrera debe actuar como clase en la lucha impostergable por los derechos políticos de todo el pueblo para quebrar cualquier iniciativa del gobierno por arrebatar lo que nuestro pueblo supo conquistar en las calles.
Entendemos que se abrirán puertas por el empuje que viene de abajo, a pesar del papel reaccionario que juegan hoy las fuerzas políticas y sociales burocratizadas y de carácter verticalista del sistema por el control de la movilización.
Esas puertas hay que abrirlas de par en par y en ello la clase obrera debe preparar sus fuerzas en todos los planos elevando el nivel político e ideológico de la confrontación y, fundamentalmente, la organización que viene de abajo.