El gobernador de la provincia del Chaco aparece como el principal referente político durante la crisis que vino a desatar la pandemia del coronavirus. En sus discursos dice estar preocupado por la situación general de la sociedad, pero sus hechos indican que su mirada se concentra en beneficiar a los sectores más concentrados de la economía. Jorge Capitanich gobierna para los monopolios.
Aunque hable de “aplanar la curva”, de evitar contagios y cuidar la salud de la población, ha sido uno de los primeros impulsores de la flexibilización de la cuarentena a nivel nacional. ¿Por qué quiere hacerlo, en una provincia que tiene una de las tasas más altas de enfermos y fallecidos por Covid-19? ¿Cuáles son los temas prioritarios de su gestión?
El “gran líder” Coqui plantea que es necesario reactivar algunos sectores económicos, lejos de las necesidades fundamentales del pueblo chaqueño. Un ejemplo es el caso de Indunor, en La Escondida, autorizada a trabajar porque produce insumos para vitivinícolas y refinerías de petróleo. Lo mismo con los callcenter, que no aplicaron el trabajo a distancia como reclamaron los trabajadores. También pide que habiliten al sector gastronómico (al que sólo podría acceder un pequeño sector de la sociedad, por la falta de dinero). Además, el campo y los desmontes nunca pararon. Son sectores poderosos, en pocas manos, que se harán más ricos en el marco de la crisis.
Nada dice de los sectores que vieron recortados sus salarios, de los cuentapropistas que están parados sin un mango, de los despidos y suspensiones en el sector privado, del congelamiento de los salarios frente a la especulación de los comerciantes, de los miles de chaqueños que viven al día haciendo changas que hoy están desesperados. Si el hambre aprieta, no importa. Para nosotros ofrece unas migajas que no alcanzan para nada.
Al mismo tiempo que alienta a sus socios del empresariado con su mejor cara, muestra enojo con los trabajadores que “rompen la cuarentena”. Y si protestamos, allí está el brazo de la Policía para acallar a los inconformistas. Tenemos el triste récord de ser la provincia con mayor cantidad de detenidos y procesados en este marco. El virtual “toque de queda” que viene practicando esta semana sólo aspira a disciplinar a los sectores populares, para que aceptemos las condiciones que nos imponen. Buscan meter miedo para que no levantemos la cabeza.
¿Cómo enfrenta la crisis sanitaria, mientras tanto? Con jueguitos para la tribuna. Los centros de salud pública siguen con falta de insumos y recursos suficientes. Ya teníamos dengue, tuberculosis, desnutrición, y con la pandemia llegó el colmo. El foco de contagios de coronavirus en el Hospital Perrando, con decenas de trabajadores infectados, es una muestra de los riesgos que corren los que tienen que atendernos. Para calmar un poco las aguas, depositó un 11% de aumento y prometió $5.000 de “incentivo” para el sector. Con todo eso, médicos, enfermeros y técnicos siguen lejos de alcanzar la canasta familiar. Son los primeros en la línea de defensa contra estas pestes, pero están abandonados a su suerte.
El pueblo desconfía de este gobierno, no cree en sus discursos. Vamos definiendo otra agenda, poniendo la vida de nuestras familias en primer lugar. Exigimos solución a nuestras necesidades básicas. Que los sectores indispensables trabajen con las medidas de seguridad suficientes para cuidar la salud. Y que los demás, hagan trabajo desde su domicilio como los docentes. Estamos en nuestras casas, pero no aislados.
Con los medios que tenemos, por redes y entre vecinos, tejemos la unidad y la solidaridad que permite sobrellevar la catástrofe. Es el nuevo poder y la nueva sociedad que se viene, con dignidad para todos.
#NoNosRepresentan / #GobiernoDeLosMonopolios