“Tenían la ropa que se describe, tenían chaleco y una de ellas tenía mochila. La primera de ellas estaba tendida en el suelo y había una pistola y un fusil de precisión con mira telescópica en el lugar. La otra niña tenía una pistola y una escopeta, con una mochila y hay registros fotográficos de ese mismo lugar donde infelizmente cayeron”. Así grafica Oscar Chamorro, comandante jefe de la FTC. (Fuerza de Tarea Conjunta), “el exitoso operativo” contra el EPP (Ejército del Pueblo Paraguayo). Y por si quedaran dudas agrega que “él puede someterse a la prueba del polígrafo para poder dar fe y más claridad a lo sucedido”.
Ante el hecho ya corroborado que las niñas María del Carmen y Lilian Mariana Villalba (ambas de 11 años) fueron asesinadas brutalmente recibiendo disparos de múltiples ángulos en un lugar donde no había ningún campamento guerrillero y por lo tanto, donde no hubo combate de ninguna índole, este verdugo declara impunemente –en una reciente entrevista- que está dispuesto a someterse al polígrafo para dar más claridad al asunto…
Después de haberlas matado, vestirlas con uniformes militares y fotografiarlas con armas que ellas no poseían,y luego acusarlas impunemente de “combatientes del EPP”, hablar del polígrafo es desde todo punto de vista aborrecible e imperdonable. Pero además de ello, en la voz del Jefe del Ejército, el señor Grau (mano derecha del dictador Stroessner) y del propio poder judicial y por medio de los comunicados de los que se hace eco la prensa burguesa, acusar a las niñas y a los padres de ser los responsables de su muerte y por si fuera poco insinuar que el EPP utilizó a las niñas como escudos humanos mientras los demás combatientes huían del lugar, es una burla descarnada propia de un Estado y de instituciones putrefactas.
Mentiras como que las niñas eran adolescentes de más de 16 y que el ADN va a demostrarlo, o que fue necesario quemar sus prendas de vestir por orden del Fiscal, es una manipulación para no entregar los cuerpos a su abuela ya que en ellos están estampadas las huellas fehacientes de semejante atrocidad. Mariana de Jesús, abuela de las niñas, sostiene que los voceros del Gobierno paraguayo “dicen todo lo que se les da la gana, porque están en infracción, porque mataron a dos niñas y no saben cómo hacer para salir de esta situación. Se valen de la mentira, de la difamación”.
El estado burgués, sus fuerzas represivas y la propia prensa burguesa hacen –de esta forma- gala de la defensa descarada de verdaderos crímenes de lesa humanidad. La misma escuela y las mismas mentiras y atrocidades expresa por ejemplo el Estado terrorista israelí frente a los despiadados y brutales asesinatos de niños y del pueblo, frente al despojo y las ocupaciones de los territorios de Palestina.
Puesto que el despojo, la expulsión de regiones enteras y la marginación de campesinos y pueblos originarios del Paraguay y de vastas regiones de nuestro continente a manos de corporaciones multinacionales altamente concentradas en función del negocio globalizado y multimillonario de la soja, la ganadería y agroindustria y la minería, etc. son la misma cara de la moneda con que el capital monopolista desenvuelve su acción devastadora en el mundo entero.
Y ello tiene su correspondiente sistema político, jurídico y represivo en el carácter del Estado, que como un instrumento subordinado enteramente a esos intereses, desenvuelve una política de clase terrorista y profundamente descarnada frente al pueblo, de quien se vale para seguir beneficiando a los monopolios. Es tal el grado de decrepitud, fanatismo y putrefacción de la burguesía y sus lacayos que hacen valer el peso de sus ambiciones de clase en el asesinato de dos chiquitas que permanecían en aquel lugar por no poder volver a nuestro país a causa de las medidas de aislamiento y cuarentena dictadas en Paraguay. Instituciones mercenarias todas, cuyo único fin es la ganancia a costa de los trabajadores y el pueblo.
Desde el Partido Revolucionario de los Trabajadores nos solidarizamos con los familiares de María Carmen y Lilian Mariana Villalba ambas víctimas de un Estado terrorista y asesino. Nos sumamos al repudio y a la condena que los pueblos ya han dictado y que producto de la lucha y movilización tenaz e incansable por justicia y dignidad sabemos que tarde o temprano se habrán de imponer como un grito de que se hará oír hasta en los rincones más remotos.