La llegada del FMI es para sellar el ajuste hecho hasta ahora, mientras la prensa burguesa afirma que su llegada es para “ajustar”.
En la nota de ayer se puntualizó que el salario para los trabajadores de la UOM había cedido su poder de compra en un 50%. No hay sector en donde no se haya replicado esta política contra la clase obrera y el pueblo.
Sin embargo, las empresas con capacidad de concentrar económicamente su liderazgo y a la vez proceder a una mayor centralización del capital, extreman decisiones del Estado y del actual gobierno. Decíamos que la llegada del FMI es sobre hechos consumados contra el pueblo, pero necesitan avanzar en la centralización política del poder y es allí en donde la lucha de clases actúa con cierta rigurosidad.
Mientras el Consejo Agroindustrial Argentino (un sector de lo más concentrado de la oligarquía financiera que agrupa fundamentalmente a grandes jugadores del planeta en el negocio agro-industrial, por excelencia exportador) destacó que “la apertura al diálogo del gobierno” por las medidas económicas anunciadas la semana anterior.
Medidas que desatan protestas de sectores de menor porte de capitales afectados. Los mismos que, de una u otra manera, serán absorbidos, entrarán en quiebra o simplemente desaparecerán del escenario a manos de los señores del Consejo Agroindustrial Argentino, intentando avanzar un paso más en el control del Estado y su gobierno de turno.
La medida adoptada ayer hacia Venezuela es una respuesta política a la presencia del FMI, a sabiendas que el principal actor en las decisiones políticas centralizadas del FMI es el propio EEUU. Pero nada será les fácil en el camino de la centralización política. En las huestes internas del gobierno no se hizo esperar el repudio a esa “agachada”. Dos decisiones estratégicas (a favor del CAA y con FMI) de calidad superior que exasperan y multiplican la crisis política estructural de la burguesía.
En él mientras tanto “N°1”
La producción industrial en nuestro país ha crecido en algunos sectores estratégicos.
En este setiembre de produjeron 32.149 vehículos, un 24,4 % más que el mes anterior. La exportación creció 31.6% con respecto a agosto, con 17.903 unidades. Lo más curioso de este crecimiento es que la producción avanzó un 16,1 % con respecto a setiembre del 2019.
Intel, el mayor fabricante de procesadores del mundo instalará en nuestro país su sede regional y brindará soporte a toda Latinoamérica y Canadá. La compañía de origen belga Jan de Nul realiza una obra de dragado para recuperar la navegabilidad del Río Paraguay, tarea que permitirá traer soja para la producción de harina y aceites. Coca Cola no sólo no se irá del país, sino que redobla la apuesta con un crédito a 25.000 kioscos por 770 millones de pesos. Los despachos de cemento tuvieron su nivel más alto en 30 meses en relación al mismo mes del 2019, siendo un 10,10% superior y un 13% en relación al mes anterior. (Datos de AFCP).
Así podríamos nombrar más sectores y empresas de exorbitantes capitales que están marchando sobre tierra arrasada, entendiendo por ello la furiosa destrucción de fuerzas productivas ya consumadas y la desaparición lisa y llana de empresas que “liberan” el camino para un nuevo proceso de concentración en marcha.
En él mientras tanto “N°2”
Los muertos los está poniendo el pueblo trabajador. Las “primeras líneas” sólo interesan al poder si producen y dan ganancias. La circulación del virus denuncia la circulación de personas para producir y trabajar en función de los negocios que desfachatadamente van como” producción esencial” pero que curiosamente una buena y destacada parte va a la exportación.
Nuevo record diarios de contagios (14.740) y 359 muertos. El número de fallecidos se elevó a 21.827. Deterioro de las condiciones de vida en forma generalizada y un salario a la baja en un 50%, cuando hoy se anuncian nuevos aumentos y por estos días el kilo de tomates aumentó en lo que va del mes 32,50%. El resto de verduras un 10.20%. (Relevamiento de la ONG Consumidores Libres).
En él mientras tanto “N°3”
La resistencia a esta situación política no decrece y se expresa de muchas formas.
A saber: en la industria automotriz varias empresas no pueden completar turnos ante la demanda de pedidos. Razones sobran, pero lo cierto es que -en forma consciente o no- el obrero cada día está más ajeno al producto y vive como “enemiga” esa producción no “esencial” que ha provocado muerte directa de obreros e indirecta de familiares. Las ausencias al puesto de trabajo se van generalizando. Medidas de lucha defensivas, de resistencia e incluso de reclamos van en aumento, fogueando a miles y miles en la lucha contra todo tipo de injusticias.
Es lucha de clases que “se siente y no se ve”. Es la lucha de clases que advierte cierto sector del poder monopolista que sabe por experiencia propia qué es lo que impide -de una u otra manera- superar su crisis política estructural. Y a la vez, desnuda la necesidad cada vez más imperiosa que de este lado de la barricada se vaya fortaleciendo -ladrillo sobre ladrillo- el proyecto revolucionario.