Inicio de clases: que cada escuela se transforme en una asamblea autoconvocada de toda la comunidad educativa

En el año 2020 el gobierno nacional, y, por consiguiente, los gobiernos provinciales, intentaron mantener a raya los reclamos (principalmente salariales, marcando la cancha para el resto de la clase trabajadora) utilizando, pandemia mediante, el artilugio de mantener a la gran mayoría de los y las estatales en sus casas, metodología que tuvo, quizás, su punto más crítico en la educación.

Mucho ya hemos escrito en esta página de la situación que debió atravesar la comunidad educativa sobre la metodología utilizada para la “educación virtual”: maestras, maestros, profesoras y profesores poniendo sus equipos, sus conexiones de internet, familias sin la misma o un equipo/celular para familias con varios menores en casa, la pérdida del contacto directo y un sinfín de etcéteras. Algo insostenible, que derivó en las presiones que empezaron a hacerse sentir desde diversos sectores, desde lo pedagógico hasta lo psicológico, en donde se plantea que las clases presenciales tienen que arrancar, pero no a cualquier costo, resguardando la salud de pibas y pibes (que es lo primero) y de todas las trabajadoras y trabajadores de la educación.

Por supuesto que el gobierno “Nacional y Popular” haciéndose eco de este reclamo (traducido: no pueden sostener más esta parodia, donde multinacionales como GM, Ford, Siderar, Acindar, Siderca, VW, etc. que emplean miles de personas están funcionando como si nada, pero chicas y chicos no pueden ir a clases) bajó la línea que este año las clases presenciales arranquen a como dé lugar.

Claro que es aquí donde empiezan a chocar sus “apuros” con la realidad de la educación en nuestro país.

Con bombos y platillos, el gobierno nacional y los provinciales salen ahora a hablar de protocolos, elementos de higiene, burbujas, bi-modalidad, etc., pero recordemos que el año pasado tuvieron 10 MESES para implementar cualquiera de estas cosas y NO LO HICIERON.

Todas lindas palabras que distan mucho de ser aplicables en la realidad de la educación hoy (sino recordemos la nota sobre estatales en Santa Fe del 19/1 en esta página: $ 9 para la merienda y $ 15 para la comida por chico).

Escuelas donde niños y niñas comparten un único baño (porque el otro esta inutilizado, o de los 2 hacen 1), una canilla habilitada para cientos de pibes y pibas, elementos de limpieza que muchas veces tienen que poner las asistentes escolares o los familiares, aulas súper pobladas, problemas edilicios y de servicios (recordemos la explosión en la escuela de Moreno donde dos integrantes de la comunidad fallecieron).

Todo esto sumado a los míseros sueldos que cobran maestros y asistentes escolares/ auxiliares de la educación, muy por debajo de la línea de la pobreza y con gran parte del sueldo en negro. Todo esto es una mínima muestra del amplio universo de problemas que enfrentan todos los días quienes están involucrados en la educación para que ahora les digan de prepo: ¡¡SE ARRANCA!!

Es innegable que la educación presencial en la Argentina tiene que retomarse. Es una necesidad imperiosa para nuestros chicos y también es una necesidad imperiosa para todos quiénes están vinculados a la educación.

Debemos tener claro que es en nuestros puestos de trabajo, en nuestro lugar común de debate, es en donde nos encontramos todos los días para charlar sobre nuestros problemas, nuestras necesidades y organizar las respuestas que tenemos para todo ello.

Y en esta “vuelta a clases”, en este reencuentro (para muchos) con nuestras compañeras y compañeros de trabajo, es que cada escuela debe transformarse inmediatamente en una ASAMBLEA AUTOCONVOCADA DE TRABAJADORES DE LA EDUCACION Y LA COMUNIDAD EDUCATIVA TODA, donde nosotros, los que trabajamos, junto a las familias, alumnas y alumnos, empecemos a poner las condiciones necesarias para poder dar clases.

Sabemos que, entre “la letra muerta de los papeles, los anuncios rimbombantes para la tribuna” y la realidad de cada escuela”, hay un “mar de diferencias». Hay que bajar a la realidad estos anuncios y lo tenemos que hacer organizados desde las bases.

Desde las condiciones edilicias adecuadas y los elementos necesarios de limpieza y sanitización, la cobertura, la efectivización y ampliación de los puestos y el llamado de los reemplazos que correspondan hasta los sueldos dignos, que cubran la canasta familiar, todo tiene que estar en debate y todo debe resolverse.

ESTA DEBE SER LA NUEVA NORMALIDAD EN LA EDUCACIÓN.

Asambleas autoconvocadas de la comunidad educativa para debatir los problemas de cada escuela, organización y acción directa para resolverlas. Esas son nuestras prioridades.

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