A mediados del mes de marzo se conoció la propuesta salarial del gobierno y el directorio de la empresa, por el que se resolvía un aumento de algo más del 40% a pagar en cuatro tramos.
La reacción de la masa obrera fue contundente; además del rechazo abierto a semejante arreglo, que obligó a la empresa a dar marcha atrás con el mismo, se aprovechó el llamado a un paro por uno de los sindicatos para convertir el mismo en asambleas en diversos sectores, con una alta participación, las que desembocaban en masivas manifestaciones hacia la casa de gobierno provincial, donde realmente se planifican y deciden las políticas de achicamiento salarial para toda la administración provincial incluida SAMEEP por ser la empresa de aguas que depende del Estado chaqueño.
Las contundentes manifestaciones, con alto grado de combatividad, fueron muy importantes en la experiencia acumulada.
A pesar de los tironeos entre sindicatos, para ver quién se “llevaba los laureles de la lucha”, la masa trabajadora expresó una unidad en la acción que condicionó cualquier movimiento en falso por arriba.
Ello se vio materialmente reflejado en la exigencia y decisión en cada asamblea para que se eligieran delegados de las mismas que participaran de las reuniones entre sindicatos y gobierno, cuestión que no pudo ser esquivada a pesar de los intentos de maniobras por evitar dichas resoluciones.
Luego de varios días en los que se sostenía la movilización y el estado asambleario se logró un incremento salarial que terminó siendo del 68%, con aumentos del 100% en los refrigerios y de más del 360% en las asignaciones familiares, como así también el otorgamiento de tres categorías en todos los escalafones de aquí a diciembre.
Por supuesto que los incrementos conquistados no terminan de cubrir un salario que alcance la canasta familiar, hoy de más de $ 130.000.
Sin embargo, en la etapa de resistencia que atraviesa la clase obrera en su conjunto, esta experiencia marca que se logró romper el techo salarial que se intentaba imponer, en consonancia con la política de los monopolios y sus gobiernos (tanto nacional como provinciales) de seguir con la tendencia de salarios a la baja.
Y así lo entienden las trabajadoras y trabajadores de SAMEEP que, luego de esa conquista, hoy se siguen movilizando para que a los ex adscriptos que el año pasado lograron con la lucha el pase a planta, se le reconozcan y paguen deudas acumuladas por calificación, que se lleven a la categoría 10 a todo trabajador y trabajadora que esté por debajo de la misma, entre otros ítems, lo que redundaría en un aumento adicional de entre $ 50.000 y $ 90.000 por cada agente.
Es importante reiterar que la lucha y la movilización no sólo lograron conquistar, sino que, además, abrieron paso a nuevas demandas “cajoneadas” por gobierno, empresa y sindicatos.
Y que se ha generalizado en la masa trabajadora la conciencia que la movilización y la participación de la base obrera es la única vía para el logro de las demandas, abonando el camino para el crecimiento de organizaciones de base independientes, que ya se venían gestando en la empresa y que, luego de la experiencia realizada, adquieren un nuevo y renovado impulso.
Organizar y generalizar la resistencia es la táctica a llevar adelante en el seno de la clase obrera y demás sectores trabajadores, por lo que las experiencias como las de SAMEEP acumulan fuerzas en ese sentido, en el objetivo de quebrar nacionalmente la política de los monopolios.