“Su plata” sale de nuestros bolsillos


Todas las políticas del actual gobierno de los monopolios con las reaccionarias reformas estructurales, la ley de bases y reformas laborales, los DNU, los RIGI y las privatizaciones, más el déficit cero, el mentiroso cero inflación, más los ajustes y aumentos de precios permanentes, más las políticas previsionales verdaderamente inhumanas,  son otra vuelta de rosca implementada por el gobierno de los monopolios y el estado a su servicio a la transferencia y apropiación de los recursos que la clase obrera y las masas trabajadoras de nuestro pueblo producen.

Todo lo que represente una traba a esta trasferencia directa intenta ser eliminado. De allí que se imponen solapadamente normativas que acompañan estas políticas mientras se busca atacar -vía sindical o vía política- cualquier aumento de salarios que sobrepase los techos impuestos por ellos. Y en igual sentido respecto al 7,5% de aumento de las jubilaciones y pensiones que se debatió en el Congreso (y que el propio Milei salió a defenestrar descaradamente sobre la incidencia negativa en el PBI). Como acostumbra, con cifras inverosímiles y mentirosas.

El señor que se autodefinió como “experto en crecimiento económico con o sin dinero” además  de saber “cómo crear puestos de trabajo con buenas remuneraciones y como acabar con la pobreza y la indigencia además de exterminar el cáncer de la inflación”, sin dejar de mencionar de “acabar con el cuento del estado presente”, expone de la mano del plan de gobierno todo lo contrario.

El crecimiento económico del capital a costa de más explotación y despojo, sumado al crecimiento exponencial de la pobreza la miseria y el hambre, el achicamiento de la fuerza laboral en las empresas y la reducción de salarios y jubilaciones en favor del capital, los precios inflacionarios que no paran de seguir subiendo en favor del capital, además de la indisimulable función represiva del Estado, las leyes y DNU que hacen viable las ganancias del capital.

La demanda de ganancias del capital monopolista es tan incalculable como su voracidad en este marco de crisis y fracaso capitalista.  Por ello su oferta no puede ser otra que la que estamos sufriendo en carne propia.

A la vista de nuestros ojos vemos como se nos despoja de salarios, jubilación, alimentos, transportes, vestimentas, medicina, vacaciones, vivienda, educación, agregando además las restricciones a los consumos básicos.

Todo ello a cambio de agobio, opresión y más explotación laboral, aprietes y disciplinamiento, en función de garantizar este monumental flujo de ganancias a las cuentas de las grandes corporaciones.

Hoy, a las puertas de otro ajustazo de impuestos que hacen aún más dificultosa la vida, donde muchos trabajadores/as trabajan para el boleto, vemos como todo el conjunto de las políticas de Estado apuntalan y profundizan la trasferencia de estas riquezas producidas por las y los trabajadores a las manos de la clase capitalista y sus serviles lamebotas en los sindicatos, el parlamento, los partidos del sistema y demás instituciones de burguesas.

En él mientras tanto, el deterioro de nuestra vida es inversamente proporcional al aumento de sus ganancias. Es mentira que no hay plata, sale de nuestros bolsillos y va a para a los suyos. 

No hay que pensar demasiado: el pueblo argentino y particularmente la clase obrera ya lo han demostrado a lo largo de la historia, que de esto se sale con movilización política de las bases, con la independencia y unidad de la clase obrera y el pueblo.

Sobre la base de la resistencia que ya camina debemos desarrollar el estado deliberativo ampliando y multiplicando las iniciativas y la fuerza de la acción en los lugares de trabajo en unidad con otras fábricas en unidad con las barriadas para enfrentar sus planes.

Esto mismo no es otra cosa que la defensa de nuestros intereses.  Es el camino a seguir que debemos generalizar sin pedir permiso. Los múltiples aspectos que asume esta resistencia frente a despidos, rebajas salariales, aprietes, imposiciones de horas, falta de pagos, como así también las diversas formas de enfrentar ajustazos y boletazos deben ser difundidos y extendidos como formas propias y genuinas de nuestro pueblo que rompen el acotado marco de la burocracia sindical institucional – que como bien sabemos-  tranzan en favor de los monopolios-.

La madre de todas las batallas en este marco de la lucha de clases, sobre este escenario de bronca y de desconcierto, es pararnos desde nuestros intereses y como lo que somos: el proletariado argentino que a pesar de los golpes de un enemigo feroz, se ha sabido plantar pudriendo sus planes e imponiendo sus demandas.

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