Roberto Guevara y el Partido


A 6 años de su fallecimiento (el 15 de septiembre de 2018), queremos detenernos hoy en la figura de Roberto Guevara.

Había que tener muchas convicciones revolucionarias para sostener la idea de reconstruir el PRT.

Y Roberto supo sostenerlas y destacarse en la multiplicidad de terrenos en donde la lucha ideológica así lo ameritaba.

Roberto era un “distinto”, un compañero que con su ejemplo rompía moldes, no agitaba la idea de la lucha contra el formalismo la realizaba como era él, con cierto grado de esa espontaneidad propia de un compañero que aplicaba su experiencia de vida a la vida cotidiana de la militancia cotidiana.

La palabra que lo caracterizaba era muy simple: “un dasacartonado”, que con su lenguaje simple y directo ayudó a los colectivos que se estaban formando luego de la derrota.

Hoy esa conducta ya es un patrimonio de nuestro partido, en donde la idea de escuchar lo nuevo que aparece en la lucha de clases suma y acumula fuerzas cuando de lo que se trata es poner en primer término el debate, el convencimiento, en el asimilar que una buena síntesis es el arte de escuchar, saber hacerlo, para superación de las premisas con que se ha partido para el debate.

Un compañero que irradiaba frescura y su sola presencia inspiraba una sensación de respeto que facilitaba dar pasos unitarios en una etapa muy difícil de nuestra historia.

Hizo grandes aportes políticos que subrayaban la independencia política que debía sostener el partido cuando la avalancha de la “democracia burguesa” hacía estragos en la sociedad desde lo ideológico. Se enojaba mucho cuando escuchaba que alguien hablaba de la defensa y profundización de la democracia. ¿de la democracia burguesa?, decía. ¡Ni defenderla ni profundizarla!

Era un constructor del partido en el más amplio sentido de la palabra, era un estudioso de Marx, Engels y Lenin, y siempre hacía mención a los trabajos del Robi. Por sobre todas las cosas nos ayudó a elevar la conciencia de lo que el Che pregonaba en puntos cruciales de una revolución socialista.

Siempre se negó a aparecer como “el hermano del CHE”, rechazaba el uso que desde diferentes lugares querían hacer de él por su estrecha relación con una figura emblemática de las ideas comunistas. Pero sí se preocupó y ocupó para que el partido asimilase las ideas del Che.

Hoy, cuando el partido está caminando las fábricas, los barrios, los lugares en donde los explotados y oprimidos resisten como pueden los planes de gobierno, vamos encontrando compañeros y compañeras que nuevamente entran en relación con el Partido. Y encontramos en ellos aportes extraordinarios que permiten abrazar con mayor amplitud el desafío de la lucha por el poder.

Roberto nos diría: debatamos, demos el ejemplo, actuemos… y en ese ir y venir confiaremos en esas fuerzas y esas fuerzas confiarán en el Partido. Avanzaremos a nuevas síntesis.

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