Contra los pregoneros del escepticismo y los predicadores de la resignación, tenemos que decirle al pueblo que PARIR y construir UNA ATERNATIVA está en manos del proletariado y el pueblo. Contra los predicadores electoraleros (reformistas y populistas) que quieren encorsetar y apagar los “fueguitos” de la resistencia, levantando la consigna de “esperar a las elecciones”, tenemos que combatirlos planteando que HAY OTRO CAMINO: ¡ORGANIZAR Y LEVANTAR LA RESISTENCIA!
Para empezar hay que decir que esa alternativa que tenemos que construir, sin prisas pero sin pausas, es lo que amplios sectores de masas plantean que falta. Es lo que recorre cada conversación en los lugares de trabajo, en los que se plantea en las mesas de los hogares obreros y populares o en las charlas cotidianas de sectores de nuestro pueblo con el Partido. Es cierto, no es tal vez, la inmensa mayoría del pueblo, pero si podemos afirmar que es lo que plantean la inmensa mayoría de las vanguardias proletarias, es lo que plantean esos miles y miles de honestos activistas que ven y mastican la “traición” de sus referentes políticos y sindicales. Esos referentes y “dirigentes”, en los cuales confiaban, y que le han permitido a este gobierno de la Burguesía avanzar contra infinidad de derechos y conquistas.
“Pero no hay nada”, se escucha. Y es lo que se plantea en las distintas actividades políticas, culturales, sociales donde se habla de esta situación. Esa falta de alternativa visible, claramente es lo que potencia la incertidumbre y agiganta ese vacío político. Y pone de manifiesto esa pregunta inquietante ¿Qué hacer?
Lo primero para reflexionar es que la respuesta no hay que buscarla mirando hacia arriba. La respuesta y el camino están abajo.
¡No hay que esperar a nadie! Ni hay que depositar confianza en ningún líder, ni proyecto burgués, que nos lleve nuevamente a un callejón sin salida o nos haga retroceder aún más. Tampoco hay que confiar en los punteros barriales (de ningún color), ni en los dirigentes sindicales traidores y mulos de las patronales explotadoras y chupasangre. Hay que confiar en nuestras propias fuerzas como clase y como pueblo.
Decíamos en una nota escrita, hace unos días (1/1/2025), en esta página: “Comienza otro año y tendremos que empujar para que la Burguesía tenga que sentir, en un peldaño superior, el rigor de una Resistencia obrera y popular, que deberá ser activa. Donde el odio de clase deberá hacerse consiente, donde la clase deberá actuar como clase, donde cada golpe de la burguesía y la violencia cotidiana del sistema deberán tener respuestas y acciones colectivas e independientes. Donde, desde esos bastiones de la resistencia, deberemos poner los esfuerzos por parir, en este 2025 y en este período que se abre, el embrión de una alternativa obrera y popular de masas, que se plante por fuera de la podredumbre de las instituciones burguesas.”
Y es en esa perspectiva tenemos que transitar ese OTRO CAMINO. Es desde ahí, desde las entrañas de la Resistencia, que tenemos que ir pariendo esa alternativa política que deberá ser revolucionaria y de masas.
Para que esto no quede en palabras, en consigna “hueca” o en lindas y buenas intenciones tenemos que plantear con convicción y firmeza revolucionaria, desde la agitación y la propaganda, que hay que ORGANIZAR Y LEVANTAR LA RESISTENCIA obrera y popular para poner de pie, de lo pequeño a lo grande, las acciones que comiencen a movilizar al movimiento de masas para plantear nuestras demandas más sentidas y desde ahí enfrentar los planes del gobierno, sin dejarnos engañar con salidas electoralistas.
Para ello, la tarea más elemental del momento es juntarse y “hacer historia” (en nuestras manos está el presente y el futuro). Fortaleciéndonos en el terreno local, uniendo desde la fábrica y los lugares de trabajo esos reclamos del barrio y los problemas que nos afectan a las mayorías populares. Haciendo ahí, en lo local, acciones de todo tipo (sociales, de lucha, culturales, políticas, solidarias, deportivas, etc.). Construyendo esa unidad bien abajo, en profundidad. Construyendo agrupamientos en los lugares de trabajo, en los lugares de estudio, en los barrios, uniéndonos en asambleas, ejerciendo la democracia directa, dándole forma y vida a cada espacio transformando esa unidad en verdaderos Comité de la resistencia.
Esa es una de las tareas imprescindibles que tienen esos núcleos de hombres y mujeres que se ponen a la cabeza y que están dispuestos a emprender ese OTRO CAMINO para LEVANTAR LA RESISTENCIA y, llegado el momento, poner de pie los embriones de esa alternativa revolucionaria obrera y popular que llene ese vacío, que quiebre la incertidumbre con protagonismo, y comience a golpear los planes de este Gobierno. Y lo que es fundamental, que dibuje y proyecte en el horizonte la vida digna que merecemos vivir y la sociedad en que vamos a edificar nuestros sueños y aspiraciones.
¡Manos a la obra!, la tarea no es sencilla, pero de esfuerzo, compromiso, creatividad, lucha y dignidad está hecha la historia de la clase obrera y nuestro pueblo.